El diputado nacional y ex canciller Santiago Cafiero lanzó una dura crítica al fallo de la Corte Suprema que ratificó la condena contra Cristina Kirchner en la causa Vialidad, y aseguró que esta decisión no solo tiene impacto político interno, sino que “genera un daño profundo a la imagen internacional de la Argentina”.
En diálogo con el programa Sin corbata por Radio Splendid, Cafiero advirtió que el país “pierde reputación internacional por seguir una agenda de persecución judicial alimentada por sectores mediáticos y económicos concentrados”.
“Hay una gravedad institucional enorme, con repercusiones internacionales. La Argentina cae en un pozo por seguir una agenda de odio y de construcción mediática”, expresó el legislador de Unión por la Patria.
Cafiero, que fue ministro de Relaciones Exteriores durante la última etapa del gobierno del Frente de Todos, apuntó contra el funcionamiento del sistema judicial: “No hubo pruebas concretas, se hicieron solo tres peritajes parciales sobre 51 obras. Es muy difícil de explicar esto en el exterior, en foros donde se valora el respeto al debido proceso”.
Para el dirigente peronista, la condena representa “una nueva forma de proscripción” y recordó los momentos más oscuros de la historia institucional del país: “Estamos volviendo a esos tiempos donde se le negaba al pueblo el derecho a elegir a sus representantes libremente”.
Además, Cafiero cuestionó el rol de los medios y los grupos de poder: “Esto fue primero una condena mediática, después los poderes fácticos lograron que la Justicia la transforme en una sentencia real. Es un escándalo que la Corte Suprema no se haya pronunciado sobre el fondo en una causa de esta magnitud”.
También puso el foco en el contexto económico: “Mientras el Gobierno se queda sin reservas y el modelo de endeudamiento permanente sigue creciendo, esta sentencia le sirve para desviar la atención pública. Así logran que por semanas y meses solo se hable de Cristina, y no del fracaso económico que se está consolidando”.
Por último, Cafiero denunció una manipulación institucional más profunda: “Los poderes concentrados entendieron que es más fácil presionar a un poder que nadie vota, como el Judicial, que a los otros dos que elige la ciudadanía”.