Julián Álvarez es mucho más que un delantero con gol. Su resistencia, capacidad de adaptación y rendimiento constante lo han convertido en una pieza invaluable para cada equipo que integra. Por eso, cuando Atlético de Madrid decidió desembolsar noventa millones de euros para sacarlo del Manchester City, uno de los factores decisivos fue su admirable estado físico. Sin embargo, su reciente participación con la Selección Argentina en plena antesala del Mundial de Clubes generó cierta inquietud en la dirigencia colchonera.
Después de una temporada intensa en Inglaterra, que lo tuvo como el jugador con más partidos disputados en el equipo de Guardiola, el ex River no descansó: jugó la Copa América, los Juegos Olímpicos y, apenas una semana después, ya estaba entrenando bajo las órdenes de Diego Simeone. Desde entonces, acumuló tres mil setecientos cinco minutos en la última campaña, siendo el segundo con más rodaje en el plantel, solo superado por el arquero Jan Oblak.
Un físico de acero que preocupa
Con el boleto asegurado para el Mundial 2026, se esperaba que Julián tuviera algo de descanso en la última fecha FIFA de junio. Sin embargo, Lionel Scaloni decidió utilizarlo ochenta minutos ante Chile y los noventa frente a Colombia, dos encuentros intensos que dejaron huellas en el plantel. La decisión del técnico sorprendió al cuerpo técnico del Atleti, que confiaba en dosificar la carga antes del debut en la cita global organizada por la FIFA.
“No fue para nada liviano el duelo contra Colombia”, admitieron desde el entorno del futbolista. Y apenas unas horas después de ese encuentro, la Araña, junto a Rodrigo De Paul, Nahuel Molina, Ángel Correa y Giuliano Simeone, voló directo a Los Ángeles para sumarse a los entrenamientos del Atlético, que ya prepara su presentación ante el PSG, reciente campeón de la Champions.
El plan de Simeone para un calendario implacable
En el Atlético de Madrid conocen el trajín acumulado por Julián en los últimos dos años, y si bien valoran su compromiso y físico privilegiado, también son conscientes de que cualquier exceso puede pasar factura. Por eso, el cuerpo técnico planea rotaciones estratégicas para atravesar con éxito la fase de grupos del Mundial de Clubes 2025.
El equipo de Simeone integra el Grupo B, junto al París Saint-Germain, Seattle Sounders y Botafogo. La intención es quedarse con el primer o segundo puesto para avanzar a la siguiente instancia. Pero para lograrlo, necesitan a una de sus armas más letales en plenitud. La gran incógnita es si Julián logrará sostener su nivel sin resentirse.
