La interna del peronismo en la provincia de Buenos Aires sigue sumando capítulos, y Sergio Massa volvió a colocarse en el centro de la escena. El exministro de Economía evalúa seriamente presentarse como candidato en las elecciones desdobladas del 7 de septiembre por la primera sección electoral, un movimiento que activaría si la unidad entre los distintos sectores de Unión por la Patria no se termina de sellar. Su nombre comienza a sonar con más fuerza tras el respaldo público de figuras cercanas como Cecilia Moreau y Rubén Eslaiman.
Mientras Cristina Kirchner confirmó su candidatura por la tercera sección y Axel Kicillof mantiene firme el calendario electoral que lo aleja de las nacionales, Massa guarda silencio, pero se mueve. El tigrense, que todavía mantiene diálogo semanal con la expresidenta, no descarta sumarse a una boleta común, pero sólo si hay acuerdo genuino.
El exministro de Economía sabe que en el nuevo escenario el Frente Renovador podría funcionar como un actor de equilibrio, capaz de tender puentes no solo dentro del peronismo, sino también hacia sectores del radicalismo no alineados con Javier Milei.
En el kirchnerismo lo quieren en la boleta incluso si no hay pleno consenso. Lo ven como una figura capaz de ordenar el descontento interno, garantizar volumen electoral en el conurbano y aportar estructura en una elección compleja. Sin embargo, Massa no está dispuesto a jugar solo por presión.
Massa podría convencer a Axel Kicillof y Cristina de no desdoblar las elecciones en la provincia de Buenos Aires
Kicillof, por su parte, no cede ante los pedidos del Instituto Patria para retroceder con el desdoblamiento. Su equipo ya trabaja con ese cronograma y la decisión de mantener las fechas fue bien recibida por varios sectores que prefieren despegarse del resultado nacional. Massa, en ese contexto, aparece como la carta que puede acomodar las piezas.
Desde el Frente Renovador apuntan a un acuerdo más amplio, que incluya a intendentes del peronismo clásico, sectores kirchneristas e incluso a radicales que no comparten el rumbo libertario. La apuesta es clara: si no hay unidad plena, construir un paraguas político con Massa como figura nacional que permita enfrentar con competitividad a La Libertad Avanza y evitar que el peronismo quede tercero.