Aunque la Casa Rosada destaca con énfasis la desaceleración de la inflación y una incipiente mejora en el consumo, otros indicadores comienzan a encender alertas en el frente económico. Entre ellos, el aumento de los niveles de desempleo, la caída de las exportaciones y la suba en la morosidad financiera de empresas y familias.
La inflación, que llegó a rozar niveles críticos a fines del año pasado, exhibe en los últimos meses una tendencia descendente. Esta baja, junto al crecimiento del consumo de mayo —5,5% interanual— es celebrada por el oficialismo como una muestra de que el plan económico de Javier Milei comienza a dar resultados concretos.
Este repunte adquiere relevancia considerando que el consumo había cerrado 2024 con una contracción del 13,9%, cifras que remiten a los peores momentos de la salida de la convertibilidad. Sin embargo, no todas las señales son alentadoras.
Exportaciones en baja y dudas sobre el superávit fiscal
Según el INDEC, las exportaciones cayeron un 7,4% en mayo, marcando la primera baja durante el gobierno de La Libertad Avanza. Pese al repunte de las importaciones, que treparon un 29,4%, el saldo comercial sigue siendo positivo, con US$ 1.883 millones acumulados en los primeros cinco meses. No obstante, el número representa una caída del 80% respecto al mismo período del año anterior, lo que relativiza su impacto.
A su vez, algunos economistas advierten sobre el verdadero estado de las cuentas públicas. Carlos Rodríguez y Walter Graciano señalaron que el déficit, si bien ya no reside en el Banco Central, fue transferido al Tesoro y hoy equivale al 11,25% del PBI. Así, el tan mentado superávit comienza a estar bajo revisión.
El desempleo volvió a subir
La tasa de desocupación también trajo cifras negativas. El desempleo alcanzó el 7,9% en el primer trimestre de 2025, 1,5 puntos porcentuales por encima del trimestre anterior y 0,2 más que en el mismo período del año pasado. Esto equivale a más de 1,1 millón de personas sin trabajo en los 31 aglomerados urbanos relevados, frente a los 822.000 del último trimestre de 2024.
Empresas en default y bancos en alerta
En el ámbito privado, varias firmas relevantes no pudieron cumplir con sus compromisos financieros. En los últimos meses entraron en default empresas como Celulosa Argentina, el grupo Albanesi (GEMSA), y PAESA, que anunció que no pagará los intereses de un bono en dólares. Esta situación se suma a los casos previos de Los Grobo, Agrofina y Surcos, del sector agropecuario.
Si bien estas situaciones generan preocupación entre accionistas y acreedores, también afectan a bancos de estructura media que podrían ver comprometida su estabilidad si no logran cobrar sus préstamos. Algunas entidades ya exploran acuerdos de refinanciación más allá del incumplimiento de Obligaciones Negociables.
Sube la morosidad, aunque el sistema resiste
Pese a este panorama, desde el Gobierno destacan que el sistema financiero sigue mostrando señales de fortaleza. La Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA) informó que los ratios de solvencia aumentaron en marzo y se mantienen por encima de los requerimientos mínimos.
Sin embargo, la morosidad comenzó a crecer. Según el Banco Central, el ratio de irregularidad del crédito al sector privado alcanzó el 2% en marzo, subiendo 0,2 puntos respecto a febrero. La mora en préstamos a familias llegó al 3,3% y en empresas al 0,9%. El dato preocupante es que esta suba ocurre en paralelo a un fuerte incremento del crédito: en un año pasó del 5% al 11% del PBI.
