Un nuevo informe de consenso elaborado por LatinFocus reveló las proyecciones de bancos de inversión y consultoras internacionales sobre las principales variables económicas que marcarán el rumbo de la Argentina durante este año y el próximo. Entre los datos más relevantes, se estima que el dólar oficial alcanzará los 1.306 pesos en diciembre, mientras que las reservas del Banco Central llegarían a los USD 34.100 millones.
El reporte —correspondiente a abril de 2025— forma parte del FocusEconomics Consensus Forecast, una referencia mensual para inversores, empresas y organismos multilaterales. A partir de un panel de hasta 40 analistas, el documento recopila estimaciones macroeconómicas clave para todos los países de América Latina.
El dólar, entre la estabilidad y la dispersión
Según el consenso de los especialistas, el tipo de cambio oficial cerrará 2025 en torno a los $1.306 por dólar. Para fines de 2026, la proyección asciende a $1.510. Sin embargo, el rango de respuestas refleja la incertidumbre sobre la política cambiaria: algunos estiman un piso de $1.060, mientras que los valores más altos llegan hasta los $1.710.
A más largo plazo, el abanico de estimaciones se amplía aún más. Para 2026, las proyecciones van desde $1.045 hasta $2.330 por dólar. Esta dispersión evidencia que, más allá de la aparente estabilidad nominal, persisten dudas sobre la consistencia del régimen cambiario, los riesgos políticos y la evolución de la economía real.
El informe aclara que ninguno de estos pronósticos debe tomarse como una predicción certera. Las proyecciones se basan en datos recientes, incluyendo las decisiones de política monetaria, la negociación con organismos internacionales y el contexto político local e internacional.
Reservas en aumento: USD 34.100 millones para diciembre
Otro de los focos del informe está puesto en el nivel de reservas internacionales del Banco Central. Según el panel consultado, a fines de 2025 las reservas alcanzarían los USD 34.100 millones y continuarían en ascenso durante 2026, hasta los USD 39.500 millones.
Este incremento estaría sostenido por un superávit comercial estimado en USD 11.400 millones este año y USD 10.300 millones el próximo. Sin embargo, la cuenta corriente del balance de pagos mostraría un leve déficit del 0,4% del PBI en 2025 y del 0,5% en 2026, lo que refleja ciertos desequilibrios persistentes.
La evolución esperada de las reservas depende, además, de la inversión extranjera directa, el acceso al financiamiento externo y el manejo de la deuda pública. El informe destaca que el crecimiento del stock de divisas será clave para sostener la estabilidad del tipo de cambio y reducir la volatilidad de la economía.
Inflación, crecimiento y empleo: otras variables clave
La proyección promedio de inflación para 2025 se ubica en 42,9%, con una baja estimada a 25,5% en 2026. En términos de actividad económica, el informe prevé una recuperación del 4,8% del PBI real este año y un crecimiento adicional del 3,5% en el próximo.
En cuanto a las tasas de interés, se proyecta una política monetaria más laxa: 26,8% al cierre de 2025 y 18,4% al finalizar 2026. Respecto al endeudamiento, se espera una reducción de la deuda pública del 76,7% al 73,3% del PBI.
El mercado laboral también mostraría una leve mejora, con una tasa de desempleo proyectada en 7,2% para este año y 6,9% para el siguiente. La producción industrial crecería un 6,4% en 2025 y un 3,7% en 2026, de la mano del repunte exportador.
Las exportaciones alcanzarían los USD 82.500 millones este año, mientras que las importaciones llegarían a USD 71.100 millones. Para 2026, el comercio exterior se expandiría a USD 86.700 millones en exportaciones y USD 77.200 millones en importaciones.
Una herramienta clave para inversores
El LatinFocus se convirtió en una referencia habitual para quienes toman decisiones de inversión, cobertura o planificación económica. Su metodología —basada en un cuestionario estandarizado y la diversidad geográfica de sus participantes— otorga solidez a los datos, que reflejan no solo promedios sino también la dispersión de opiniones entre los distintos analistas.
Esa dispersión, lejos de ser una debilidad, funciona como termómetro de la incertidumbre macroeconómica. En el caso argentino, las divergencias entre proyecciones más optimistas y escenarios de estrés muestran hasta qué punto el futuro económico depende de las decisiones políticas que se tomen en los próximos meses.