En la antesala del congreso partidario del PJ bonaerense, el secretario adjunto de la CGT y líder de UPCN, Andrés Rodríguez, habló sin eufemismos sobre la interna peronista y el posicionamiento de la central obrera. En declaraciones radiales, reconoció que la CGT ya tomó partido en favor de Axel Kicillof, a quien definió como un actor importante dentro del peronismo actual.
«La gran mayoría de los dirigentes le hemos dado el apoyo al gobierno de Axel Kicillof porque es un factor importante y gobierna el peronismo», señaló Rodríguez, dejando en evidencia un alineamiento con el mandatario bonaerense, que buscará preservar su poder territorial en las elecciones del 7 de septiembre.
El respaldo a Kicillof y las tensiones con el kirchnerismo
En un escenario marcado por la fragmentación interna del PJ, la postura de la CGT refuerza la idea de que Kicillof comienza a consolidarse como una referencia clave del espacio, frente al desgaste evidente de las figuras del kirchnerismo duro. Rodríguez dejó claro que el movimiento necesita «una autocrítica de lo que pasó en los últimos gobiernos», en referencia tácita a la gestión de Alberto Fernández y la influencia de Cristina Kirchner.
«No hay absolutismo en ninguna realidad. Esto va en tránsito a nuevos cambios. No se trata de fusilar a nadie ni de dejar que una o dos personas manejen el conjunto», advirtió, dejando en evidencia el malestar que genera el liderazgo concentrado en pocas figuras.
También remarcó que el peronismo debe reencontrarse con sus dirigentes y actualizar su propuesta: «Tiene que mostrar otra cara, otra realidad. Ahí surgen los líderes naturales».
Un PJ en transición con una CGT incómoda
La reunión del congreso partidario buscará autorizar al PJ bonaerense a integrar frentes electorales con otras fuerzas. La unidad, sin embargo, parece ser solo electoral: tras el 8 de septiembre, lo más probable es que el mapa vuelva a foja cero y se reactiven las disputas no saldadas. En ese contexto, el apoyo de la CGT a Kicillof no solo refleja una estrategia sindical, sino también un intento de disputar espacios de poder dentro del futuro reordenamiento del partido.
La figura de Cristina Kirchner, si bien sigue teniendo peso, aparece cada vez más desdibujada en las declaraciones de los actores gremiales. Rodríguez evitó criticarla directamente, pero sostuvo que «muchos de los valores que encierra el peronismo no fueron cumplidos, sobre todo en los últimos gobiernos».
Reformas laborales y advertencia al Gobierno nacional
En relación al posible avance de una reforma laboral por parte del oficialismo libertario, Rodríguez fue cauto pero firme. «Vamos a ver de qué contenidos estamos hablando. Apostamos al diálogo, pero del diálogo tienen que surgir soluciones concretas y reales. No una foto», declaró.
También cuestionó la falta de resultados en las pocas mesas a las que fueron convocados y advirtió que «la palabra reforma tiene malos antecedentes», por haber sido históricamente utilizada por gobiernos que buscaron recortar derechos.
«Si es ver cómo optimizar la toma de empleo decente, que la producción evolucione y haya trabajo, no nos vamos a oponer. Pero si es conculcar derechos, no vamos a estar», sentenció.
Relación con Milei y clima social
Sobre la relación con el Gobierno nacional, Rodríguez fue tajante: «Hay muchos síntomas. No solo la actitud de los gobernadores que ven ajuste en sus presupuestos, también lo que se tramita con los jubilados en el Congreso». En ese marco, el dirigente advirtió que la situación está generando una respuesta social creciente: «Se está viendo una reacción de la gente que deja destapada una realidad negativa. Si no hay diálogo, se van a generar reacciones que no son buenas para el país».
Aunque evitó confrontar directamente con Javier Milei, dejó abierta la puerta a nuevos conflictos si no se modifica el rumbo. “Siempre estamos dispuestos a dialogar, pero si no hay voluntad real, habrá consecuencias”, concluyó.