En el programa Mujeres Argentinas, emitido por El Trece, el doctor Fernando Cichero brindó un testimonio profundo y esclarecedor sobre los últimos días de vida de la exboxeadora Locomotora Oliveras, quien falleció recientemente tras sufrir un severo ACV isquémico.
Cichero explicó que, aunque hubo momentos que dieron una tenue esperanza, el cuadro neurológico seguía siendo gravísimo. “Lamentablemente, el mundo médico tiene cosas más finas de descripción que la población general no entiende”, comenzó diciendo, con tono cuidadoso. Y agregó que casi la mitad del cerebro de Oliveras había quedado desfuncionalizado por el accidente cerebrovascular.
El médico detalló que, en ese tipo de situaciones críticas, los profesionales mantienen al paciente dormido y con asistencia respiratoria para reducir al mínimo el gasto de energía cerebral. El objetivo, explicó, es “ver qué queda de ese cerebro dañado”.
A medida que pasaban los días, se tomó la decisión de retirarle los fármacos sedantes para evaluar su estado neurológico. Fue entonces cuando comenzaron a observar pequeños signos de respuesta: “Los médicos veían que empezaba a tener reacciones como movilizar los ojos o cumplir órdenes simples. Eso era un muy buen avance”.
Sin embargo, Cichero remarcó que ese avance no significaba una mejoría sustancial. “En esa situación de estado crítico era imposible trasladarla”, sostuvo. Y dejó en claro que si bien se notaban algunas señales, “no es que estaba mejor. En realidad, lamentablemente, no estaba peor”.
El relato del doctor Cichero en El Trece reflejó no solo la complejidad del caso desde lo clínico, sino también la lucha incansable del equipo médico por sostener la esperanza en una situación límite. La partida de la Locomotora Oliveras conmueve al país y reabre el debate sobre la comprensión pública de los cuadros críticos y los límites de la medicina.