Las críticas contra Peter Lamelas no tardaron en escalar. Tras sus declaraciones ante el Senado de su país, donde anticipó que trabajará para evitar el avance de inversiones chinas en Argentina y para asegurar que Cristina Kirchner siga fuera del escenario político, desde el Congreso, diputados nacionales salieron a exigir que el Gobierno de Javier Milei rechace su nombramiento como embajador de Estados Unidos. Para los legisladores, sus dichos representan una “intromisión directa en los asuntos internos del país”.
Fuertes reproches desde el Congreso
En menos de 48 horas, bloques como Democracia para Siempre, el Frente de Izquierda, y diputados socialistas impulsaron proyectos de resolución en el Congreso. Todos apuntan a lo mismo: que el presidente Javier Milei no otorgue el plácet diplomático al candidato de Donald Trump. El malestar no solo se centra en el contenido de sus declaraciones, sino en el tono con el que planteó sus objetivos como futuro embajador.
En la audiencia pública en Washington, Lamelas señaló que su misión será “limitar la influencia maligna de China” en las provincias argentinas. También aseguró que espera que Cristina Kirchner “permanezca condenada” y que trabajará para que Milei “pueda ser reelecto”. Estas expresiones encendieron alarmas en sectores políticos que las interpretaron como un intento de condicionar al Poder Judicial y al sistema democrático.
Advertencias por soberanía e institucionalidad
Desde el bloque liderado por Pablo Juliano, vinculado al radicalismo disidente, advirtieron que no corresponde avanzar con la aceptación de un representante extranjero que “actúe como supervisor de nuestra política interna”. También recordaron que el candidato estadounidense no reconoce la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, lo que profundiza el rechazo a su perfil.
“El respeto por la soberanía nacional no se negocia, y mucho menos puede depender de las prioridades geopolíticas de otra nación”, señalaron en el texto legislativo. En esa línea, remarcaron que ningún embajador tiene autoridad para opinar sobre los vínculos bilaterales con otros países, ni mucho menos sobre las causas judiciales en curso.
Desde la izquierda, el rechazo fue aún más duro
El Frente de Izquierda calificó las declaraciones de Lamelas como una nueva muestra del “imperialismo yanqui” en América Latina. Denunciaron que su presencia en Buenos Aires sería un “retroceso institucional”, y consideraron inadmisible que desde Estados Unidos se intente influir en los procesos electorales y judiciales de Argentina.
Además, criticaron sus referencias a movimientos sociales locales, a los que comparó con sectores más radicalizados que el peronismo. “No aceptamos que un funcionario extranjero venga a juzgar o marcar límites al debate político interno”, sentenciaron.
Se profundiza la tensión diplomática
En este contexto, el planteo que toma más fuerza en el Congreso es que Javier Milei frene el plácet diplomático y exija a Lamelas que rectifique sus dichos públicamente. Para muchos legisladores, aceptar sus credenciales sin exigir una aclaración sería una forma de legitimar una injerencia externa que no tiene precedentes recientes.
“El país necesita vínculos sanos y respetuosos con todos los actores globales. No podemos permitir que se impongan condiciones sobre nuestras relaciones comerciales ni sobre quién puede competir en elecciones”, concluyeron los legisladores. El tema promete seguir escalando en los próximos días.