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SOCIEDAD

El cuándo, cómo y por qué decantar un vino antes de consumirlo

Una serie de consejos para llevar a cabo de manera exitosa esta práctica que termina por optimizar la experiencia de beber un vino.

Decantar

No todo el mundo está familiarizado con el concepto de decantar los vinos, o acaso qué es un decantador y por qué se usa. De manera resumida, un poco de aireación puede marcar una diferencia notable en el sabor del vino. Decantar vino es el arte de verterlo lentamente desde la botella original a un recipiente de vidrio o decantador. Se lo conoce como «arte» porque es preciso hacerlo sin alterar el sedimento del fondo, lo cual es más fácil decirlo que hacerlo. Los decantadores suelen tener un cuello fácil de verter y vienen en todas las formas y tamaños.

Los decantadores más comunes son: Swan, Duck, Cornett (en la portada) y Standard. Es importante tener en cuenta que un decantador no es lo mismo que una jarra. Si bien ambos recipientes impresionarán a sus invitados, tienen diferentes propósitos. Los decantadores de vidrio están diseñados para facilitar el proceso de aireación. Las jarras simplemente están pensadas para una mejor presentación y facilitar el servicio del vino.

Por qué es importante decantar

Decantar los vinos implica una serie de numerosos beneficios, tales como la separación del sedimento del líquido. Esto es especialmente útil para los vinos tintos, que son los que más sedimentos acumulan. Además, la decantación realza el sabor del vino al exponerlo al aire fresco y permitirle respirar.

Los vinos pasan bastante tiempo en la botella sin exposición al oxígeno. La aireación expande todos los aromas y sabores latentes del vino, liberando los gases acumulados y suavizando los taninos. Pero hay que recordar que demasiado oxígeno puede arruinar un buen vino. Siempre debe limitar la exposición del sobrante al aire y mantenerlo fresco.

Cómo decantar de manera apropiada

Decantar vino, aunque no es difícil, requiere tiempo y paciencia. Para asegurarse de hacerlo correctamente, es bueno seguir estos pasos: comenzar por dejar la botella en posición vertical durante al menos 24 horas antes de decantarla, especialmente si los vinos se almacenan en posición horizontal. Asegurarse de que todo el sedimento se asiente en el fondo de la botella antes de abrirla. Abrir la botella e inclinarla lentamente hacia el decantador. Mantener siempre el fondo de la botella bajo para evitar que el sedimento llegue al cuello y no moverlo. Verter el vino en el decantador de manera lenta y constante.

Si el sedimento empezare a llegar a la parte superior, es preciso dejar de verter e inclinar la botella para que se asiente. Volver a tapar el vino sobrante en un plazo de 18 horas. Para evitar que se viertan sedimentos en el decantador, dejar siempre un poco de líquido en la botella. Es factible decantar el vino un par de horas antes de beberlo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que cada vino tiene un tiempo de decantación diferente. Aunque hay poco riesgo de que el vino oxidado se eche a perder si se planea beberlo dentro de las cuatro horas, hay que considerar el tipo de vino del que se trata.

Si se beben los vinos pocas horas después de decantarlos, no empezarán a degradarse. Sin embargo, hay que tener especial cuidado con los vinos blancos, pues este tipo tiene niveles más altos de tioles que los vinos tintos. Si se decantan demasiado, pueden perder sus aromas a pomelo, guayaba o maracuyá. Asimismo, los vinos espumantes que, generalmente, no debería ser necesario decantarlos. Sin embargo, algunos pueden presentar un aroma penetrante que debe evaporarse antes de beber. Los vinos añejos, por su parte, pueden deteriorarse rápidamente una vez abiertos en añadas particularmente delicadas.

Casi todos los vinos se benefician de la decantación. El proceso de aireación les confiere un sabor más suave y afrutado. La exposición al oxígeno es especialmente beneficiosa para los vinos más jóvenes con taninos muy fuertes. Sin embargo, evite decantar la mayoría de los vinos espumantes. Si bien la aireación puede ayudar a suavizar la burbuja inicial agresiva que surge al abrir un Champagne, es muy fácil extinguirla por completo.