No hay dudas de que Desayuno Americano, el ciclo conducido por Pamela David para América Tv, es uno de los programas más destacados de la televisión. No solo sorprenden con toda la información de lo que sucede en la farándula argentina, sino que además reciben a las figuras más importantes del espectáculo.
En esta oportunidad recibieron en su programa a una de las figuras más queridas por la gente, Hernán Drago, que dejó un impactante mensaje. Con un fuerte pasado sobre sus hombros, el modelo se animó a hablar del hombre que es hoy en día y conmovió a todo el equipo de Desayuno Americano.
«Intento para el día que yo ya no esté. Cuando yo sufría el bullying por gordito nunca me creí el gil que me decían y cuando el espejo empezó a devolver otra imagen nunca me creí el genio que otros me tiraban encima. El corazón es el mismo, lo que ha cambiado es el trato para con la gente. Revisen ustedes cómo tratan a los demás por su apariencia», comenzó.
«Yo desde ahí trato siempre de separar lo que piensa mi corazón y mi cabeza, son dos cosas distintas. La gente los une. Cortenlá con la nariz respingada, es parte de mi herramienta de trabajo y me permite ser quien soy. No soy el que está todo el día mirándose al espejo, eso cree la gente. Me costó mucho tiempo dar vuelta esa mirada. Estaba siempre el dedo señalador», señaló Hernán Drago, muy movilizado.
También habló de su relación actual. Tras ver una foto de su novia junto a su mascota, Hernán Drago expresó emocionado: «Mi cachorrita y al lado mi golden. Es como dice ella, son aprte de mi familia y de mi día a día. Lo cuido mucho y trato de mantenerlo en algún lugar quilibrado. Las redes sociales han abrido puertas y hay que cuidar qué mostrás».
«A ella le gustaría más interacción en mis redes sociales de lo cotidiano, pero yo lo hago para cuidarlo. Me parece más equilibrado. Las redes son un poder, pero podés ser el Guasón o Superman. Si las usas mal es un desastre. Es imposible no darle bolilla, pero a la opinión de quien te interesa, no de un cuatro de copas», manifestó.
