Con el inicio de julio y el tercer trimestre del año, el Gobierno nacional puso en marcha una nueva etapa de su estrategia para acumular reservas, justo cuando finaliza el período más favorable de ingreso de divisas por exportaciones agrícolas. En ese contexto, el Ministerio de Economía oficializó un conjunto de cuatro medidas destinadas a sostener el programa económico sin comprometer el equilibrio fiscal ni acudir a la emisión monetaria.
El anuncio fue encabezado por el ministro Luis Caputo ante inversores y representantes del sector financiero. “Comprá, no te la pierdas, campeón”, desafió a quienes aseguran que existe atraso cambiario. Entre las herramientas destacadas se incluyen privatizaciones, venta de activos estatales, nuevas concesiones y un esquema ya vigente en el que el Tesoro, y no el Banco Central, adquiere dólares en el mercado con pesos provenientes del superávit fiscal.
Evitar la emisión y fortalecer la posición externa
La clave del nuevo diseño operativo es que el BCRA se mantenga al margen del mercado cambiario en sus operaciones de compra, para no tener que emitir pesos que aumenten la base monetaria. Solo intervendría si la cotización del dólar alcanza el piso inferior de la banda de flotación.
Desde el 18 de junio, el tipo de cambio mayorista mostró una aceleración y superó los $1.230. Pese a ese movimiento, el mercado no interpretó señales de alarma, aunque el escenario sigue siendo monitoreado por el equipo económico. La estacionalidad cambió: la cosecha gruesa ya terminó y comienza una etapa más exigente para la balanza de pagos.
Un trimestre clave para las reservas
Según la consultora 1816, las próximas tres semanas serán decisivas. El Gobierno podrá optar entre dos caminos: aprovechar el ingreso residual de dólares del agro y reforzar reservas, o permitir una mayor apreciación del peso para acelerar la desinflación. “El 1,5% de inflación de mayo fue un dato excelente, pero en junio los precios mostraron una leve aceleración”, señalaron.

El informe también advierte que el período agosto-octubre será más desafiante. En esos meses suele aumentar la demanda de divisas por turismo y cobertura preelectoral, especialmente en años impares como 2025. A eso se suma que el impulso exportador baja significativamente.
Las compras del Tesoro: técnica, oportunidad y límites
Economistas de PxQ, la consultora de Emmanuel Álvarez Agis, cuestionaron uno de los supuestos del Gobierno. Según su análisis, si el Tesoro utiliza los pesos de su cuenta única en el BCRA para comprar dólares, el efecto puede ser expansivo sobre la base monetaria, porque esos fondos provienen en parte de utilidades del propio Central. En términos prácticos, esa operatoria tendría un efecto similar a que el BCRA intervenga directamente.
Aun así, el Tesoro no comprará dólares en el mercado minorista ni de forma masiva, sino mediante block trades: operaciones puntuales y de gran volumen con provincias o empresas que cuenten con financiamiento externo. Córdoba, por ejemplo, acaba de cerrar un préstamo por USD 725 millones.
El rol del BCRA y los futuros
Un informe reciente de la Fundación Mediterránea reveló que en mayo el BCRA intervino de forma intensa en el mercado de futuros —fuera del esquema Rofex— sumando exposición por USD 1.500 millones. Esta práctica, que no había sido prevista en el programa anunciado en abril, complica la lectura clara de los precios de referencia del dólar y de la tasa de interés.
“En mayo no hubo piloto automático”, señalaron. Según la fundación, esta operatoria hace más difícil la recuperación de reservas por superávit comercial, y refuerza la necesidad de contar con ingreso genuino de capitales.
Reservas actuales y la meta ideal
Desde Adcap Grupo Financiero advirtieron que, medido bajo los parámetros del FMI, las reservas del BCRA siguen muy por debajo del nivel prudente. El stock bruto —sin contar el swap con China— es de USD 28.000 millones, apenas la mitad del rango ideal que, para una economía como la argentina, debería estar entre USD 57.800 y 78.700 millones.
El objetivo de “zona media” —alrededor de USD 68.000 millones— requeriría más que duplicar el nivel actual. Esa meta podría volverse alcanzable si se afianza la confianza internacional, algo que, según el análisis político de la Fundación Mediterránea, dependerá en gran medida del resultado electoral que el oficialismo obtenga en septiembre y octubre.
Una política que prioriza el orden macroeconómico
El equipo económico, respaldado por el presidente Javier Milei, mantiene firme su compromiso de evitar la emisión, fortalecer la moneda y cumplir con los compromisos internacionales. El Gobierno enfrenta el segundo semestre con un diagnóstico claro: no se pueden cumplir todos los objetivos a la vez, pero sí se pueden ordenar las prioridades. Y hoy, la prioridad es consolidar una macroeconomía estable y creíble, que recupere el valor de la moneda, baje la inflación y libere el potencial productivo del país.