Un bombardeo alcanzó este jueves la parroquia de la Sacra Famiglia, la única iglesia católica en la Franja de Gaza, dejando al menos dos muertos y varios heridos. Entre los lesionados se encuentra el sacerdote argentino Gabriel Romanelli, quien fue atendido por una herida en la pierna en el hospital Al-Ahli, en Gaza City.
El edificio religioso, que servía como refugio para unas 500 personas desplazadas por el conflicto, sufrió daños estructurales. El ataque provocó una reacción inmediata del Vaticano, que volvió a reclamar el cese del fuego en la región.
Mensaje papal tras el bombardeo
El Papa León XIV envió un telegrama firmado por el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, dirigido al párroco herido y a toda la comunidad afectada. En el mensaje expresó estar “profundamente entristecido” por el ataque y pidió una paz duradera basada en el diálogo y la reconciliación.
Además, encomendó a las víctimas fatales “a la amorosa misericordia de Dios Omnipotente” y aseguró su oración por los heridos y los que están de duelo. Según el Patriarcado Latino de Jerusalén, el ataque mató a un hombre y una mujer, aunque otras fuentes elevan la cifra de víctimas a cuatro.
Israel analiza lo ocurrido
El ejército israelí informó que está “examinando las circunstancias del incidente” y recalcó que sus fuerzas “no atacan sitios religiosos”. En un breve comunicado, las FDI afirmaron que “hacen todos los esfuerzos posibles para mitigar los daños a civiles y estructuras civiles, incluidos los lugares religiosos”.
Sin embargo, el hecho reavivó las críticas internacionales por la magnitud del daño que están dejando los ataques sobre población civil en la Franja. Desde el Patriarcado, calificaron el episodio como parte de una “guerra salvaje” e hicieron un llamado a la comunidad internacional.
Un refugio en medio del conflicto
La parroquia de la Sagrada Familia alberga actualmente a más de 500 cristianos que buscaron refugio allí tras haber perdido sus hogares. El bombardeo no solo destruyó parte de la infraestructura, sino que afectó profundamente a una comunidad que ya vivía en condiciones extremas.
Romanelli, quien está radicado hace años en Gaza, fue asistido rápidamente tras el impacto. Su labor pastoral ha sido clave durante el conflicto, brindando contención espiritual y humanitaria en una zona devastada por la guerra.
