El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, fue consultado este miércoles por la polémica que envuelve al ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, luego de que se difundiera una cámara oculta en la que aparece dialogando con el exagente de la CIA Tim Ballard, acusado por abuso sexual. Aunque Francos aseguró no haber visto el video, terminó justificando al funcionario y generó más dudas que certezas.
Francos intentó desentenderse del video de Cúneo Libarona
La grabación fue emitida el martes en el programa Argenzuela. En las imágenes, se escucha al ministro ofrecerle a Ballard su ayuda para “limpiar su imagen” en la Argentina, con el objetivo de facilitar negocios con empresarios locales. El hecho cobró notoriedad por tratarse de un funcionario nacional haciendo promesas a un personaje denunciado por su propia organización.
Francos fue abordado por periodistas al ingresar a la Casa Rosada. “¿Vio el video?”, le preguntó el cronista Fabián Waldman. “No, no vi el video”, respondió el jefe de Gabinete. Pero acto seguido, tras una breve explicación sobre el contenido, intentó restarle importancia: “No creo que le ofrezca sus servicios, creo que conversó sobre un tema preocupante”, expresó.
El contenido del video generó controversia
Pese a declarar que no había visto el material, Francos concluyó que “no tengo nada que reprocharle”, en clara referencia a Cúneo Libarona. La contradicción fue inmediata: o mintió sobre no haber visto el video, o decidió defender a un funcionario sin conocer con precisión los hechos.
El video fue grabado en Nueva York, en el departamento del propio Ballard. Allí, el ministro de Justicia menciona su intención de intervenir tanto en medios como en la Justicia: “Yo te consigo medios. Puedo hablar con Rolando, porque soy amigo, y decirle que vamos a ponernos en campaña para que venga Tim y armemos algo lindo”, se lo escucha decir. El fragmento generó rechazo y preocupación en sectores de la oposición y también entre organismos de derechos humanos.
Hasta el momento, el Gobierno no fijó una posición oficial clara sobre el comportamiento del ministro. La única respuesta llegó a través de Guillermo Francos, que eligió una postura evasiva. Ningún otro integrante del equipo de Javier Milei se expresó públicamente sobre el tema.
El silencio oficial alimenta el escándalo. Mientras crecen los cuestionamientos, la oposición pide explicaciones formales. Para muchos, se trata de un hecho que compromete no solo al ministro, sino también al propio Gobierno.
La figura de Tim Ballard, quien inspiró la película Sonido de libertad y enfrenta denuncias por abuso, agrava la situación. Que un alto funcionario argentino le ofrezca contactos en medios y tribunales encendió alarmas a nivel internacional.A pesar del intento de Francos por minimizarlo, el escándalo por el video de Cúneo Libarona sigue creciendo. Y amenaza con tener consecuencias dentro y fuera del Gobierno de Javier Milei.
