Antes de que los integrantes del jury de enjuiciamiento definieran su suspensión, la jueza Julieta Makintach presentó un escrito para intentar evitar lo inevitable. A través de su abogado Darío Saldaño, solicitó que no se hiciera lugar a su apartamiento, al considerarlo “excesivo e injustificado”. Sin embargo, horas más tarde fue suspendida por decisión unánime del jurado.
La presentación, realizada formalmente ante los legisladores, buscó establecer que la medida no tenía razón de ser, ya que la magistrada no se encontraba en funciones y, por lo tanto, no representaba un riesgo para el proceso.
Estaba de licencia y ya había renunciado
Según argumentó Makintach, desde hacía semanas se encontraba de licencia por resolución de la Suprema Corte bonaerense, con fecha vigente hasta el 24 de agosto de 2025. Esto implicaba, según sus palabras, que no tenía posibilidad de dictar resoluciones, intervenir en expedientes ni ejercer ningún acto jurisdiccional.
Además, recordó que la semana pasada había presentado su renuncia formal al cargo. “La manifestación clara, seria e inequívoca de no continuar en el ejercicio de la magistratura hace innecesaria cualquier otra medida”, sostuvo su defensor. Según el escrito, al no estar en funciones ni pretender seguir en el cargo, no existe posibilidad de entorpecer el jury.
La respuesta fue contundente
A pesar del intento, el jury avanzó con la suspensión de la jueza. La resolución fue tomada de manera unánime por los legisladores y conjueces que integran el tribunal, y establece que Makintach queda formalmente apartada e impedida de ejercer hasta que finalice el proceso. También se determinó que dejará de percibir el 40% de su salario, el cual venía cobrando en su totalidad pese a la licencia.
La decisión implica un cambio drástico en su situación: aunque no estaba en funciones, ahora tampoco podrá volver a ocupar su cargo, incluso si se revocara la licencia o si su renuncia no fuera aceptada.
Kicillof tiene la última palabra
Un elemento clave en este escenario es que la renuncia de Makintach todavía no fue aceptada por el gobernador Axel Kicillof. Mientras eso no ocurra, la jueza sigue siendo formalmente parte del Poder Judicial. Por eso, el jury continúa su curso y no se interrumpe pese a la presentación del escrito.
Desde el entorno de la magistrada insistieron en que la presentación de la renuncia y la licencia vigente eran suficientes para demostrar que no existía intención de obstaculizar el proceso disciplinario. Sin embargo, en el plano político y judicial se interpreta la suspensión como un gesto fuerte del jury ante los hechos que se investigan.
Una señal del jury sobre la gravedad del caso
Makintach quedó en el centro de la polémica tras el escándalo vinculado al juicio por Diego Maradona, y su suspensión refuerza la percepción de que existen elementos que podrían comprometer seriamente su continuidad como jueza. La votación unánime del jury fue interpretada como una señal de que el proceso avanza con seriedad.
Mientras tanto, el expediente disciplinario sigue su curso. Si Kicillof decide aceptar la renuncia, el jury se daría por finalizado. Pero si no lo hace, la jueza enfrentará la posibilidad de ser destituida.