En medio de un creciente conflicto por la sobrecarga de partidos en el calendario global, la FIFA lanzó duras críticas contra Sergio Marchi, actual presidente de FIFPRO, el sindicato internacional de futbolistas. Desde el ente rector del fútbol mundial señalaron que la organización “está a la deriva” y actúa con fines más políticos que deportivos. Las declaraciones encendieron una disputa que ya lleva meses acumulando tensiones, especialmente desde que el argentino asumió el cargo.
Quien tomó la palabra fue Emilio García, director legal y de cumplimiento de FIFA, quien no se guardó nada en una conferencia con medios de habla hispana. “Sergio y FIFPRO no están interesados en resolver los problemas, sino en crear titulares y hacer política deportiva”, lanzó. Según su visión, el organismo no representa de forma efectiva a todos los jugadores, lo que generó un cambio de estrategia por parte de la FIFA.
Marchi y el giro confrontativo en FIFPRO
El liderazgo de Marchi desde noviembre marcó un viraje hacia un tono más beligerante, que escaló con las críticas al presidente Gianni Infantino. Desde FIFPRO acusaron a FIFA de ignorar los derechos laborales de los futbolistas, de someterlos a condiciones extremas y de despreciar el descanso físico y mental necesario. Incluso llegaron a afirmar que “el fútbol necesita líderes responsables, no emperadores”, en clara alusión a Infantino.
Emilio García se mostró sorprendido por ese tipo de acusaciones. “El ataque personal al presidente de FIFA nos sorprende mucho”, expresó. Y fue más allá al insinuar que Marchi busca validarse en Europa mostrándose aún más duro que los sindicatos tradicionales del continente: “Parece querer demostrar que puede ser más papista que el papa”.
Desde FIFA aseguran que hay una desconexión cada vez más profunda entre lo que FIFPRO dice defender y las verdaderas necesidades de los futbolistas. En ese contexto, decidieron abrir nuevas vías de diálogo por fuera del sindicato global.
Nuevas alianzas fuera del sindicato global
Como respuesta a la presunta inflexibilidad de Marchi, la FIFA comenzó a tender puentes con otros sindicatos nacionales que no están afiliados a FIFPRO. “Estamos dispuestos a hablar con todos, sea FIFPRO o no”, explicó García. El objetivo es construir consensos más amplios que representen de forma genuina a todos los jugadores del mundo.
Uno de los puntos más sensibles es la exigencia de exclusividad que, según FIFA, pretende imponer Marchi. “Eso es poco ético, poco representativo y probablemente ilegal”, remarcó el abogado, dejando en claro que no están dispuestos a aceptar condiciones de ese tipo en una negociación.
Medidas sin el respaldo de FIFPRO
En paralelo a este conflicto, la FIFA avanzó en un acuerdo con otros representantes sindicales para garantizar el bienestar físico y emocional de los jugadores. A pesar de su rol central en el debate, FIFPRO no participó del encuentro, lo que refleja aún más el distanciamiento.
Entre las medidas acordadas se destacan un mínimo de 72 horas de descanso entre partidos, así como un período de vacaciones obligatorias de 21 días al final de cada temporada. Puntos clave que apuntan a descomprimir el calendario y a proteger la salud de los futbolistas, justo en el marco del Mundial de Clubes que se juega por primera vez en Estados Unidos.