No hay dudas de que Sol Pérez es una de las figuras más importantes del mundo del espectáculo, y es que además de ser una de las panelistas más influyentes, es de las más queridas por el público. La influencer siempre logra ser titular en los portales de noticias.
Siempre honesta con el público, Sol Pérez abrió su corazón en una reciente entrevista. Si bien hoy en día ella y Guido Mazzoni comparten una relación sana, y e que incluso recibieron a su primer hijo hace algunos meses, no siempre fue así. Es por eso que la panelista se animó a hablar de los problemas que tuvieron cuando recién comenzaron a salir.
“Guido me mandó a terapia, realmente. Yo siempre estuve… cucú. Siempre, mal. Pero bueno, yo conmigo me llevaba bien. Uno le grita a la mamá y dice ‘es mi mamá, me va a perdol Pérez onar’. Muy gritona, muy viste… de calentarme chispita, yo iba a decir las peores cosas que se me pasaban, para lastimarlo, verlo sufrir. Y después dos segundos, cáncer, ‘está todo bien, vamos a tomar el té’”, confesó Sol Pérez.
Todo estuvo a punto de terminar cuando Sol Pérez exigió revisar el teléfono de Guido Mazzoni: “¡Uy, él no quiere que lo cuente, pero sí, me dejó por WhatsApp! Un día quise verle el celular y él me dijo ‘¿Querés verlo? Yo te lo doy, pero va a ser la última vez que me ves la cara’. Y yo igual lo agarré. Lo revisé, no encontré nada, pero es mi locura”.
«Todas mis relaciones eran así. ¡Para mí, todos me iban a cagar! Así que me dijo ‘Bueno, listo, chau”. Y no me atendió más el teléfono. Y yo como loca, le mandaba mensajes hasta del teléfono de mi mamá. ¡Una sacada mental! Yo dije: a este pibe no lo pierdo por nada en el mundo porque lo amo, ¡es el amor de mi vida!”, contó Sol Pérez.
Sol Pérez abrió su corazón
En la misma entrevista Sol Pérez se animó a hablar del fallecimiento de su abuela, a quien le tenía un profundo cariño. Fue por un accidente automovilístico: «Lo tengo súper trabajado. Por eso ahora comparto de otra manera con la gente. Mi abuela murió en junio 2016. La atropelló un auto, justo enfrente del hospital Bocalandro, y nunca se supo nada”.
“Tengo un audio de mi abuela que no lo escucho nunca porque me da mucha tristeza… Pero también me da felicidad. Cuando pasó, me agarró una parálisis en la cara, algo que nadie lo sabe. Creo que por el estrés, por todo lo que había pasado. Fue de un momento para el otro y me quedó la cara como tirada para abajo. No podía reírme”, contó.
