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POLÍTICA

Los diputados destinan hasta el 85% del tiempo en cuestiones de privilegio y casi no debaten leyes en las pocas sesiones del Congreso: «Clickbait parlamentario»

Un relevamiento de Colossus Lab reveló que la mayoría del tiempo legislativo se dedica a homenajes, discusiones reglamentarias o acusaciones políticas.

Diputados
Diputados de bloques opositores solicitaron una sesión especial para debatir la moratoria jubilatoria, el aumento del bono para jubilados y declarar la emergencia por inundaciones en municipios de Buenos Aires gravemente afectados por las lluvias de mayo.

Una radiografía del Congreso nacional expuso que, en plena crisis económica y con escasas sesiones, la Cámara de Diputados utiliza entre el 70 y el 85% del tiempo en temas que nada tienen que ver con la discusión de leyes. Solo entre un 15 y 30% de las sesiones estuvo destinado a analizar proyectos del temario oficial, según reveló un informe de Colossus Lab, que relevó 19 sesiones entre enero de 2024 y julio de 2025.

La investigación señala que, de unas 160 horas de debate, apenas 40 fueron para tratar temas sustanciales. El resto se dedicó a homenajes, cuestiones de privilegio, peleas entre bloques, quejas sobre la falta de presupuesto o ataques al Gobierno. Las sesiones, escasas y extensas, reflejan un clima de creciente polarización y una baja productividad institucional.

Discursos para redes, insultos y pocas leyes

Para la diputada radical Karina Banfi, el fenómeno responde a la ausencia de espacios de debate político fuera del recinto. «El reglamento no contempla instancias para discutir coyuntura, por eso todo se mete en las sesiones», dijo, y calificó al recinto como «un teatro» donde ya no se deliberan leyes sino posturas políticas, muchas veces pensadas para las redes sociales.

«Los legisladores se dieron cuenta de que esos discursos les sirven para posicionarse, entonces ahora todos quieren hablar. Es el clickbait parlamentario», ironizó.

Además, criticó con dureza la falta de trabajo en comisiones y apuntó contra los nuevos actores que desembarcaron en el Congreso: «Los outsiders creen que la política es una pelea callejera. Se cagan a trompadas porque no saben debatir. Necesitamos más cultura política».

Una Cámara tomada por la grieta

La diputada Cecilia Moreau, de Unión por la Patria, coincidió en que el deterioro del debate es evidente. «Antes el adversario era alguien que pensaba distinto; ahora es un enemigo», lamentó. También denunció el destrato del Ejecutivo hacia el Congreso: «El Presidente maltrata al Legislativo y legisla por decreto, vaciando el rol del Parlamento».

Desde el Frente de Izquierda, Nicolás del Caño sumó que la escasez de sesiones ordinarias obliga a los diputados a utilizar ese tiempo para hablar de cualquier tema. «No podés debatir durante 24 horas seguidas y esperar que eso sea sano», planteó.

Una propuesta para ordenar los debates

Frente al desborde de cuestiones de privilegio —manifestaciones que hace un legislador cuando siente afectados sus derechos o fueros—, Colossus Lab propuso limitar su cantidad a ocho por sesión. Así, según una simulación, se reduciría el uso improductivo del tiempo parlamentario en más del 95% de los escenarios.

El informe fue impulsado por Martín Yeza, diputado del PRO y líder del think tank. «Pudimos ponerle número a la sensación de que nadie habla de los temas que importan», sostuvo. Según el relevamiento, el bloque de Unión por la Patria, con 98 diputados, encabezó el ranking con el 36,1% de las cuestiones de privilegio del año, seguido por la Izquierda con el 13,9%, a pesar de contar con apenas dos legisladores.

Aunque algunos, como Moreau, consideran que limitar estas intervenciones vulneraría el derecho a expresarse de los diputados, el informe apunta a un objetivo más estructural: «Una democracia representativa no se fortalece solo con la cantidad de leyes que aprueba, sino con la calidad del tiempo que dedica a discutirlas».