El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, manifestó este miércoles su rotundo rechazo a la interferencia del Gobierno de Estados Unidos en la Justicia brasileña, a la que calificó como “inaceptable”. Además, sostuvo que resulta “injustificable” el uso de argumentos políticos para imponer medidas comerciales.
A través de una nota oficial titulada Brasil es un país soberano y democrático, Lula expresó su solidaridad con el juez del Supremo Tribunal Federal, Alexandre de Moraes. El magistrado fue sancionado por Estados Unidos bajo la Ley Magnitsky, que habilita penalidades contra extranjeros acusados de corrupción o de violaciones a los derechos humanos.
“Brasil es un país soberano y democrático que respeta los derechos humanos y la independencia de los poderes”, señaló el comunicado. “Defiende el multilateralismo y la convivencia armoniosa entre naciones. Eso ha garantizado la fortaleza de nuestra economía y la autonomía de nuestra política exterior”, sostuvo el mandatario.
Críticas a la injerencia y a Eduardo Bolsonaro
Lula da Silva afirmó que la injerencia estadounidense en el Poder Judicial brasileño es inaceptable. Además, apuntó contra dirigentes locales por haber impulsado esas sanciones. Sin nombrarlo directamente, se refirió al diputado licenciado Eduardo Bolsonaro, quien admitió haber gestionado esas medidas ante el gobierno de Donald Trump.
“El accionar fue promovido por políticos que traicionan a nuestra patria y a nuestro pueblo en defensa de intereses personales”, declaró Lula. Y agregó: “Uno de los pilares de la democracia brasileña es la independencia del Poder Judicial. La justicia no se negocia”.
Cuestionamientos a los aranceles
Entre los argumentos utilizados por el expresidente Trump para imponer aranceles del 50% a productos brasileños, se incluyó el avance judicial en las causas que involucran al exmandatario Jair Bolsonaro. Entre ellas, la investigación por tentativa de golpe de Estado. También se mencionaron irregularidades de plataformas digitales estadounidenses.
Lula remarcó que “la sociedad brasileña rechaza los contenidos de odio, racismo, pornografía infantil, estafas, fraudes y discursos contra los derechos humanos y la democracia”.
Advertencia por el uso político de sanciones
El presidente advirtió que las nuevas medidas comerciales representan una forma de represalia política. Afirmó que el uso de ese tipo de justificaciones daña la relación bilateral y atenta contra el comercio justo.
“El Gobierno brasileño considera injustificable el uso de argumentos políticos para validar medidas comerciales impuestas por el Gobierno estadounidense contra las exportaciones brasileñas”, concluyó.