La China Suárez atraviesa uno de los momentos más dramáticos de su vida reciente, donde fue obligada a dejar a sus hijos en la Argentina, en vísperas de su viaje a Turquía. En este sentido, múltiples voces opinaron en favor y en contra de la actriz. Puntualmente, Graciela Alfano alzó su voz a los 4 vientos para respaldar a la modelo en medio de su conflicto con Benjamín Vicuña.
A través de una nota con «Puro Show», Graciela Alfano pidió que dejen de hostigar a la China Suárez en este momento delicado de su vida. En este aspecto, expresó: «Ya me pudre que demonicen a una persona simplemente por sus amores o desamores. Sea la China o quien sea. Cuando nos va involucrando a todos, porque se va haciendo el discurso de una época que atrasa. Yo digo paren: no caminé tanto y me enfrenté con tanto machirulaje para que volvamos 100 pasos atrás».
Posteriormente, la ex-vedette reveló que tuvo conversaciones con la China Suárez, donde trató de animarla en medio de los ataques. Además, manifestó: «En el momento yo no era amiga de la China. Ahora hablamos desde un lugar, no sé si de amistad, pero me gusta motivarla. Es también muy reparador para mí. Porque yo padecí esta persecuta totalmente injusta, fuera de lugar, sobre mi vida privada. Me reparo yo y la motivo a ella para defenderse».
Por otro lado, Alfano contó cuál fue el consejo que le dio a la China Suárez. Puntualmente, declaró: «Me pareció que, por el poco tiempo que nos conocemos, pero con conversaciones realmente profundas. Es una chica pisciana que, como buena pisciana, quiere acomodar todo, que salga lo mejor posible. Una de las cosas que le dije fue “a veces en la vida se puede no confrontar, y a veces tenés que sacar las garras”».
Finalmente, la rubia no descartó que en el futuro se pueda llegar a formar una amistad con la China Suárez. Por último, agregó: «Tal vez en un futuro se va gestando una amistad, pero yo la defiendo porque me motiva mi corazón. Me parece que es la tercera ley de Newton, que dice que toda acción se opone a una reacción igual en el sentido contrario. A mí me jugás mal y yo no tengo piedad por quien no la tiene».