El Ministerio de Seguridad de la Nación respondió públicamente al informe que señalaba un incremento del 1800% en el presupuesto destinado a gastos reservados. Mediante un comunicado, la cartera que encabeza Patricia Bullrich rechazó esa cifra, aunque admitió que hubo subas considerables en la categoría “servicios no especificados”, un rubro cuya asignación de fondos escapa a los controles públicos.
Según la versión oficial, el crecimiento observado en los fondos se relaciona con el traspaso del Servicio Penitenciario Federal, que pasó del ámbito del Ministerio de Justicia al de Seguridad. “Este traspaso trajo consigo no solo la estructura física sino también la financiera”, indicó el comunicado. Además, aclararon que la suba se dio en esa área, y no específicamente en la finalidad “Inteligencia”, como sugería la nota publicada por Ámbito.
El Gobierno rechazó el 1800% pero justificó otros aumentos
El artículo cuestionado hacía foco en el crecimiento de los fondos asignados a “otros servicios no especificados”, que pasaron de $2.600 millones en enero a casi $49.000 millones en junio. Según el Ministerio encabezado por Patricia Bullrich, ese aumento no puede atribuirse al DNU 425/2025, como supuestamente se afirmó, sino a movimientos posteriores. No obstante, la publicación original aclaraba que el crecimiento había ocurrido antes de la emisión de ese decreto.
En otro tramo del comunicado, el Gobierno negó que los gastos en inteligencia hayan tenido un salto del 1800%. “El incremento fue del 131%, pero se encontraban desactualizados. Si se hubieran ajustado por inflación, deberían ser un 44% más altos”, explicaron. Además, aseguraron que el gasto reservado en inteligencia entre 2022 y 2025 creció por debajo del índice de precios acumulado.
Sin detalles públicos sobre los servicios no especificados
Uno de los puntos más controversiales del informe original es la falta de transparencia en los llamados “servicios no especificados”. Según el artículo, en esa categoría se agrupan ítems como ceremonial, vigilancia, pasantías, becas y otros sin descripción pública. El gasto en esa subcategoría creció de manera acelerada, sin que se detallaran los motivos ni los destinos de los fondos.
En ese sentido, desde el medio que publicó la investigación señalaron que no se aludió al área de inteligencia en el título, sino a los “otros n.e.p.”, un código presupuestario que agrupa gastos no desglosados. La omisión de detalles en estos rubros, sumado al fuerte incremento en apenas seis meses, despertó cuestionamientos sobre el uso de recursos sin controles efectivos.
Pese a las aclaraciones del Ministerio, aún no se explicó por qué se utilizó más del 90% del presupuesto reservado de la ex SIDE antes de llegar a fin de año. Tampoco se justificó el salto en la participación de inteligencia dentro del presupuesto total, que pasó del 0,14% en 2021 al 0,24% en 2025, sin un informe técnico que respalde ese crecimiento. La gestión de Javier Milei, que sostiene un fuerte discurso de austeridad, aún no dio detalles sobre el destino real de esos fondos.