No pudo contener las lágrimas y se mostró completamente destrozado. Y es que Guillermo Andino tuvo que abrir su programa en la TV Pública con la noticia de la muerte de la Locomotora Oliveras, quien los había acompañado durante los primeros programas.
«Acá estamos, re tristes… A ver, se nos hace difícil hablar porque ayer cuando terminamos el programa tuvimos la oportunidad de conversar con los hijos, nos dieron una mínima esperanza. Cómo no aferrarse a la esperanza, pero a las cuatro de la tarde ese vendaval de noticias que tenían que ver con ella se resumían en su desaparición física», comenzó diciendo.
«Toda esa energía, toda esa pasión, todas esas ganas de querer participar de un programa, de la vida de los argentinos desde el mensaje de que se puede salir adelante, porque ella había tenido una vida muy sufrida. Empezó a practicar el deporte por ser una mujer violentada, la sacó adelante», expuso Guillermo Andino sobre la Locomotora Oliveras.
«A partir de allí haber propagado ese mensaje durante tantos años hizo que mucha gente pudiera despertar, saber que tenían la oportunidad de sentirse más libres. Cuando tuvo el ACV caímos en la cuenta de que nadie está exento, aún aquellos que practican de la manera más meticulosa. La vida es ese soplo, ese minuto en el que te cambia la historia, la de uno o la de una persona a la querés», recordó.
«Yo en un reportaje le pregunté si le gustaría participar de un grupo de personas que somos periodistas para propagar su historia de vida y hacernos bajar unos kilos… pero bueno, lamentablemente no pasó», lanzó entre lágrimas, sin poder casi hablar y mostrándose destruido por la noticia de la partida de la Locomotora Oliveras.
«Y creo que esa huella que por poquito tiempo acá dejó, para nosotros va a valer mucho. Lo que ella deseaba hacer en la vida lo logró. Cuando se bajó del ring dijo ‘ahora voy a hablar de mí’. Incursionó en política, siempre quería escalar un peldaño más. Nunca dejó de pelear y de ir para adelante. Perdón, es muy difícil hablar… Cuando uno forma un grupo de trabajo no cree que una de esas personas puede partir, y menos con toda la polenta que tenía ella. La vida es hoy, no es una frase hecha. Nadie tiene nada comprado», sentenció.