En la nueva emisión de «Almorzando con Juana», por la pantalla de El Trece, la conductora Juana Viale volvió a mostrar su estilo particular al coversar con sus invitados. Con una mesa diversa, la nieta de Mirtha Legrand trató varios temas de interés junto a sus comensales.
En un segmento del programa tomó la palabra Diego Pérez, uno de los invitados al ciclo, quien se refirió a una situación de salud que lo preocupó. «Yo tengo presión alta, estaba haciendo teatro, me pasó que estando haciendo Toc Toc le pedí una reunión a Rottemberg y empezamos la obra», explicó.
«Se ve que todo eso, me agarró mucha responsabilidad, se me subió mucho la presión, tuve un pico de presión. Estrenamos y al otro día tuve que suspender la función, terminé en el cardiólogo», contó el artista y dejó sorprendida a Juana Viale.
Dinámica especial
Desde que Juana Viale tomó las riendas del histórico programa de su abuela en El Trece, supo ponerle su propio toque. Aunque mantiene la elegancia y el formato clásico de la mesa, lo suyo es mucho más relajado, fresco y natural. Juana no necesita levantar la voz ni forzar posturas: simplemente deja que la conversación fluya.
Uno de sus mayores aciertos es cómo se relaciona con los invitados. Más allá de los temas serios o las charlas profundas, siempre logra que se sientan cómodos. Tiene esa forma de mirar, escuchar y lanzar la pregunta justa que abre la puerta a confesiones o reflexiones interesantes. No busca incomodar, pero tampoco esquiva los temas que están en agenda.
Juana no monopoliza el diálogo. Al contrario, deja que los demás hablen, opinen, se crucen. Y cuando mete un comentario o una repregunta, suele hacerlo con sutileza o humor, algo que baja la tensión incluso cuando el tema es polémico.
Otro punto a favor de Juana Viale es que sabe adaptarse: si la charla se pone seria, acompaña con empatía; si hay risas, se suma sin problemas. Esa capacidad de leer el clima de la mesa y manejar los tiempos es clave para el buen ritmo del programa.
