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POLÍTICA

UNICEF confirmó una fuerte baja en la pobreza infantil y advierte sobre los desafíos que persisten

El organismo ratificó la tendencia bajista de la situación. Sin embargo, hay factores que quedan fuera de la ecuación.

pobreza infantil

Un informe reciente de UNICEF Argentina reveló una significativa disminución de la pobreza infantil en el país durante el segundo semestre de 2024, con perspectivas favorables para 2025. El documento estima que cerca de 1,7 millones de niños y niñas dejaron de estar por debajo de la línea de pobreza monetaria entre julio y diciembre del año pasado, gracias a la mejora de los ingresos reales en los hogares.

El estudio, basado en la metodología oficial del INDEC, destaca que el índice de pobreza infantil bajó del 67% registrado en el primer semestre de 2024 al 52,7% en la segunda mitad del año. En comparación con el mismo periodo de 2023, la reducción fue de 6 puntos porcentuales.

Las proyecciones para este año y el rol de los programas sociales

Según las proyecciones de UNICEF, la tendencia a la baja continúa en 2025. Para el primer semestre se prevé que el 47,8% de los menores estarán en situación de pobreza monetaria, mientras que el 9,3% estarán en pobreza extrema. Esta evolución se asocia a la recuperación parcial del poder adquisitivo y al impacto de políticas sociales como la Asignación Universal por Hijo (AUH).

Rafael Ramírez Mesec, representante de UNICEF en Argentina, sostuvo que sin las transferencias monetarias, la tasa de indigencia infantil sería 10 puntos más alta. De hecho, más de un millón de niños evitaron caer en la indigencia gracias a los ingresos extra aportados por programas estatales.

El impacto del presupuesto en la niñez: luces y sombras

El informe también reveló un incremento del 15% en términos reales en el presupuesto nacional destinado a la niñez durante los primeros cinco meses de 2025, respecto al mismo período del año anterior. El crecimiento estuvo impulsado por la AUH, que registró una suba del 34% real. Sin embargo, UNICEF alertó que no todas las áreas vinculadas a la infancia recibieron el mismo tratamiento.

Durante 2024, el gasto total en políticas para la niñez cayó un 18% en términos reales, tendencia que se arrastra desde años anteriores. En 2025, si bien hay señales de recuperación, sectores clave como salud, educación y primera infancia todavía muestran retrocesos preocupantes.

Recortes en educación, salud y cuidado infantil

Entre enero y mayo de este año, las becas escolares registraron una caída del 35%, el presupuesto para salud infantil bajó un 21% y el Plan Nacional de Primera Infancia sufrió una contracción del 50%. Si bien el Gobierno nacional logró contener la pobreza extrema mediante subsidios directos, UNICEF advierte que sin mejoras sostenidas en educación, salud y cuidado infantil no se podrá consolidar una reducción estructural de la pobreza.

Sebastián Waisgrais, especialista en Monitoreo de UNICEF, subrayó que «junto con la desaceleración inflacionaria, las políticas de protección social para la infancia resultaron fundamentales para la reducción de la pobreza, especialmente de la pobreza extrema».

Brechas estructurales y desigualdades persistentes

Pese a los avances, el informe remarca que la pobreza infantil continúa afectando de manera desigual según el nivel educativo del hogar, la formalidad laboral, la jefatura del hogar y la localización territorial. Por ejemplo, en hogares donde el jefe de hogar no terminó la primaria, la pobreza infantil alcanza el 80,9%, mientras que en aquellos con secundario completo cae al 10,6%.

Asimismo, los menores que viven en barrios populares tienen una tasa de pobreza del 72,3%, y en hogares monoparentales con jefatura femenina, del 60%. Las cifras muestran que aún existen fuertes desigualdades estructurales que requieren políticas focalizadas.

Privaciones no monetarias y desafíos a largo plazo

Más allá de los ingresos, el informe de UNICEF también abordó las privaciones no monetarias que afectan a la infancia, como el acceso a vivienda digna, servicios de saneamiento, salud, educación y protección social. Estas privaciones, menos sensibles al ciclo económico, requieren políticas sostenidas y de largo plazo para ser revertidas.

Rafael Ramírez enfatizó que «analizar las características y evolución de estas privaciones no monetarias permite informar las estrategias de política pública destinadas a mejorar el bienestar de niñas y niños en el país».

Mirada federal y gasto consolidado

Finalmente, UNICEF insistió en que la estructura federal de Argentina obliga a mirar el gasto público de manera integrada entre Nación y provincias. Evaluar de forma conjunta la magnitud, distribución y eficiencia de los recursos públicos destinados a la infancia resulta clave para diseñar políticas más equitativas y efectivas.