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POLÍTICA

Axel Kicillof culpa a Javier Milei por la crisis pero admite caída de empleo, consumo y producción en Buenos Aires

El gobernador bonaerense difundió un informe que intenta responsabilizar al Gobierno nacional, pero sus propios números revelan pérdida de puestos de trabajo, cierre de empresas y derrumbe del consumo en la provincia.

Kicillof

El gobierno de Axel Kicillof reconoció que la situación económica de la provincia de Buenos Aires atraviesa un momento crítico. Aunque el discurso oficial apunta directamente contra la gestión de Javier Milei, los datos presentados por sus propios ministros dejan al descubierto un deterioro sostenido en la producción, el empleo y el consumo.

El ministro de Producción bonaerense, Augusto Costa, acompañado por el titular de ARBA, Cristian Girard, brindó un panorama en el que se muestran caídas en todos los frentes: actividad industrial, comercio, nivel de empleo y consumo de las familias. “Para la cadena de producción es imposible vivir así, y algo similar ocurre con los hogares”, sostuvo Costa, en un diagnóstico que dejó más dudas que certezas sobre la capacidad de gestión provincial.

Caída de la actividad y retroceso productivo

Según la “radiografía” presentada por la administración bonaerense, la actividad económica de la provincia cayó 0,7% entre enero y mayo de 2025 en comparación con el mismo período del año anterior. La tendencia, lejos de mejorar, se agudizó en agosto, cuando se registró una contracción adicional del 0,4%.

Los rubros más castigados son Construcción y Comercio: el primero retrocedió 23,1% y el segundo 6%, en comparación interanual. Sectores claves que dependen en gran medida de políticas provinciales se encuentran hoy al borde de la parálisis.

Empleo en baja y cierre de empresas

La gestión Kicillof también tuvo que admitir un fuerte goteo en el nivel de empleo. Entre noviembre de 2023 y mayo de 2025 se perdieron 223.537 puestos de trabajo en todo el país, de los cuales una proporción significativa corresponde al territorio bonaerense.

A su vez, se registró el cierre de 15.564 unidades productivas en el mismo período, al pasar de 512.357 a 496.793 empresas y personas productoras activas. La caída impacta con fuerza en las pequeñas y medianas empresas, que se convirtieron en las principales víctimas del estancamiento.

Pymes al límite por deudas y morosidad

Los números del Fondo de Garantía de Buenos Aires (Fogaba) muestran que la morosidad de las Pyme prácticamente se duplicó en pocos meses. De 0,9% en diciembre de 2024 pasó al 1,9% en julio de 2025. Además, el monto total de créditos vigentes escaló de $1.234 millones a $4.206 millones en ese mismo lapso. Reflejando así una carga financiera cada vez más pesada para el sector.

Ante este panorama, Kicillof anunció un paquete de medidas de asistencia financiera y alivio tributario, que desde la oposición consideran insuficiente. Para muchos empresarios, las Pyme bonaerenses hoy enfrentan más trabas burocráticas que soluciones reales.

Canasta de servicios y gasto familiar en alza

El relevamiento provincial también mostró que los hogares bonaerenses destinan una proporción creciente de sus ingresos al pago de servicios básicos. En agosto, la canasta de agua, gas, electricidad y transporte representó el 12,6% del presupuesto familiar, contra el 10,2% de abril y el 11,7% de diciembre pasado.

La provincia utiliza como referencia el Índice BAPRO de Consumo, que en julio reflejó una caída del 9%. Mientras que rubros como Electro e Informática (+52%) o Telefonía Celular (+50%) mostraron repuntes, los sectores de consumo masivo evidenciaron caídas contundentes: ferreterías y bazar (-28%), supermercados (-29%) y combustibles (-30%).

Menos carne y menos leche en la mesa

Uno de los datos más sensibles que expuso el propio gobierno bonaerense fue la caída en el consumo de productos básicos. Según el informe, el consumo per cápita de carne pasó de 59 kilos en 2015 a apenas 49 kilos en 2025. En el caso de la leche, la merma fue de 217 litros a 171 litros por persona.

Estos indicadores golpean de lleno en la alimentación de los sectores más vulnerables y muestran que, pese a las acusaciones permanentes contra el Gobierno nacional, la administración provincial no logra revertir la caída del poder adquisitivo ni la pérdida de calidad de vida en los hogares.