La Cámara Federal confirmó por unanimidad el procesamiento y embargo de la diputada nacional de izquierda Vanina Biasi por expresiones antisemitas. La decisión la dejó al borde del juicio oral luego de que compare a Israel con el régimen nazi. El fallo ratificó la resolución del juez federal Daniel Rafecas.
El 7 de abril, el juez federal Daniel Rafecas la procesó por violación a la ley antidiscriminatoria 23.592. La causa se inició por ocho mensajes de la red social X. En esos tuits, Biasi comparaba a Israel con el régimen nazi, decía que era un «Estado genocida» y comparaba el conflicto armado en Gaza con el Holocausto. Rafecas había considerado que la sumatoria de mensajes agraviantes hacia la comunidad judía superaban los límites de la libertad de expresión.
Ante la denuncia del fiscal federal Carlos Stornelli, con el acompañamiento de la DAIA, Rafecas además le embargo diez millones de pesos. La medida cautelar busca garantizar el pago de una eventual reparación económica. El monto se fijó considerando la gravedad de las expresiones y su impacto en la comunidad judía. La DAIA actuó como querellante en la causa.
La defensa de Vanina Biasi había argumentado libertad de expresión y crítica política legítima. Sin embargo, los jueces consideraron que las expresiones traspasaron esos límites. El fallo destaca que la condición de legisladora agrava la responsabilidad de la acusada. También subraya el impacto que tienen las palabras de los representantes públicos en la sociedad.
La responsabilidad en redes sociales
Apelado el fallo, el juez de la Cámara Federal Mariano Llorens destacó las características especiales de las redes sociales. «La lectura que el receptor hace en sus redes del mensaje suele ser lineal y generalizada, y es justamente esta pérdida de matices lo que lo convierte en una enunciación pública que interpela colectivos enteros como si fueran homogéneos, otorgándole a la masividad de su repercusión la capacidad de transformar expresiones subjetivas en palabras hostiles, sobre todo cuando refuerzan estereotipos o legitiman prácticas de exclusión», explicó.
«Ese carácter masivo, anónimo, desordenado, impone una mayor responsabilidad en los momentos y modos de su uso frente a los potenciales daños que pueden derivarse de la multiplicación descontrolada de lo que allí se lanza, emancipado ya de todo origen y sentido», agregó Llorens. El magistrado subrayó cómo las redes sociales amplifican los mensajes de odio. También explicó que «cualquier referencia al estado israelí, a la cultura hebraica o a la religión judía terminan confundiéndose como expresiones de una misma idea que ve, en cualquier representante de esa comunidad, a ese otro al que se lo cataloga como violento, cruel, villano, incluso nazi».
Sus colegas Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi fueron taxativos en su posición. «Se advierte que las publicaciones efectuadas por Vanina Natalia Biasi han excedido los márgenes legalmente permitidos para el ejercicio de la libertad de expresión«, señalaron. También consideraron que «se observan como perjudiciales y discriminatorias para la comunidad judía, afectando su dignidad y derechos».
Los magistrados explicaron que en sus tuits Biasi «utiliza expresiones, analogías y comparaciones que resultan agraviantes, ofensivas y profundamente irrespetuosas hacia el pueblo judío en su conjunto». Agregaron que «dichas manifestaciones aluden a hechos históricamente trágicos, dolorosos y universalmente condenados -como lo son el Holocausto y otras formas de persecución antisemita-, cuyo recuerdo constituye una herida aún abierta para esa comunidad y un llamado ético permanente -a la sociedad en general- a la no repetición».