Directa, tajante y sin rodeos. De esta manera fue como se mostró nada más y nada menos que Sabrina Rojas en una nota que le hicieron para Teleshow, donde habló sin rodeo algunos sobre el final de su relación con el padre de sus hijos, Luciano Castro, y todo lo que venía sintiendo.
«La vida no siempre es como uno quiere, pero eso no significa que debamos ser conformistas con ella. Porque una cosa es adaptarse, tolerar o negociar, y otra muy distinta es aguantar sin ganas ni miras de cambio o evolución. Es ahí cuando hay que medir la realidad y tomar distancia. Nadie debe estar donde no quiere. Eso, siempre y a la larga, tiene un precio muy caro», expuso.
“Había dejado de quererme. De quererme y, principalmente, de creer en mí. En parte, por haberme ocupado primero de que el otro estuviese bien. Sin antes preguntarme a mí misma qué sentía y qué necesitaba. No le daba crédito a mi potencial y me medía para ser ‘demasiado correcta’. Yo siempre fui esta que ves y escuchas, pero pensaba dos veces sobre qué decir en las entrevistas para no molestar a quien tenía al lado. Porque quería complacer y que nada de lo que hiciera o dijese generara complicaciones», afirmó Sabrina Rojas.
Sin guardarse absolutamente nada decidió ir por más. «Llegué a convencerme hasta de que mi carrera había alcanzado su techo. Siento que durante mucho tiempo me aparté de todo, en todo sentido. Me dediqué a mis hijos. En primer lugar porque admiraba la trayectoria de mi marido. Era el ídolo. Protagonista de las novelas más exitosas de eltrece… Y, ¿qué se yo? A mí me tocaba quedarme en casa para que todo estuviese listo y funcionando cuando él llegara. Después de todo yo venía de ser ‘la chica sexy de Paparazzi’ y estaba al lado de un ‘cool’. Había que cuidarlo», expuso.
» No quería que nada de eso afectase o perjudicase su carrera”, analiza. Aún hoy le es imposible asegurar si aquello “fue una postura que elegí tomar o si efectivamente se trató de una bajada inconsciente. Porque él no me decía ‘no trabajes’, pero por ahí tiraba un ‘¿Eso vas a hacer?’ Aprendí que nunca jamás debo renunciar al amor propio. Porque luego es la base de un amor sano. Que quererme es pedir que amen lindo, que me dejen ser tal cual me conocieron, sin apagarme luego», disparó sobre su experiencia con Luciano Castro.
«Que ya no necesito nada de un hombre: Ni la convivencia ni ‘la historia de amor’. Solo quiero un compañero que sepa divertirse. Que la familia no necesita que sacrifique mi alegría, porque hay otros modos más sanos de ser felices. Aprendí a registrar con rapidez, a estar consciente del ‘esto no está bien’ y a no quedarme en donde me duela la panza. Porque estos son mis últimos años de juventud y ya no voy a permitir que nadie me robe un minuto más”, sentenció Sabrina Rojas.
