Durante esta jornada, la Cámara de Diputados tratará en sesión un proyecto que busca modificar el huso horario oficial de Argentina, fijándolo en el -04 GMT. La propuesta obliga a atrasar una hora el reloj en todo el país y reaviva el debate sobre el impacto cotidiano de esta medida.
La iniciativa, encabezada por el diputado mendocino Julio Cobos, figura entre los asuntos principales que discutirá el Congreso. De acuerdo con el texto presentado, el cambio tiene como objetivo alinear el horario nacional con la luz solar y reducir el consumo de energía eléctrica artificial. El regreso al huso horario histórico, que se empleaba en la Argentina durante buena parte del siglo XX, aparece en la agenda legislativa en medio de un contexto internacional marcado por la volatilidad de los precios energéticos.
El proyecto plantea que el huso adoptado sería el correspondiente a cuatro horas al oeste del Meridiano de Greenwich, tal como establece el Sistema Internacional de Husos Horarios. La discusión adquiere relevancia, ya que la hora oficial está fijada actualmente en -03 GMT, una modificación establecida en 1969 tras décadas de ajustes intermitentes a raíz de políticas de aprovechamiento de la luz solar en verano.
Un debate con historia y vaivenes políticos
El retorno al horario histórico es considerado por sus impulsores como una solución al “desfasaje histórico” que provoca gastos adicionales y afecta la organización social. Según Cobos, “Argentina tiene un desfasaje entre la hora oficial y el huso horario que realmente nos corresponde y esto provoca varios inconvenientes”.
Entre los antecedentes recientes, la Ley 26.350, sancionada en 2007, implementó el sistema de horario de invierno y verano, alternando entre -03 GMT y -02 GMT según la estación. Sin embargo, la aplicación de estos cambios quedó en suspenso en 2009. Antes, la Ley 25.155 de 1999 había establecido el -04 GMT, aunque fue derogada poco después. Estos vaivenes normativos evidencian la falta de un criterio sostenido para fijar la hora oficial en el país.
El factor energético y científico
Un aspecto central de la argumentación reside en el contexto energético global. De acuerdo con los fundamentos del proyecto, el costo de la energía se disparó tras la guerra en Ucrania y los conflictos en Medio Oriente, lo que elevó los valores del petróleo, el gas y el carbón.
En respaldo a la propuesta, Cobos citó investigaciones de Andrea Pattini, directora del Instituto de Ambiente, Hábitat y Energía (INAHE) del CONICET Mendoza. Según sus estudios, un huso horario desajustado con el ciclo natural de luz y oscuridad obliga a consumir más electricidad para iluminar hogares y comercios. Atrasar una hora permitiría un mejor aprovechamiento de la luz solar en la mañana y reduciría el uso de iluminación artificial en la tarde.
Impacto social y regional
El cambio al -04 GMT tendría consecuencias inmediatas en la rutina de millones de personas: afectará los horarios laborales, escolares y de servicios públicos. No obstante, la experiencia internacional muestra que la adaptación suele ser rápida y con beneficios en eficiencia energética.
El proyecto también propone coordinar los husos horarios con los países del Mercosur, con especial énfasis en Brasil. Y así facilitar la logística, los mercados financieros y las operaciones internacionales.
El debate legislativo de este miércoles definirá los próximos pasos. Mientras tanto, la discusión ya forma parte de la agenda pública y anticipa posibles modificaciones a la rutina nacional después de más de 15 años de estabilidad en la definición horaria.