En un contexto de inflación persistente y salarios que no logran acompañar el ritmo de los precios, los datos del Instituto de Estadísticas y Censos porteño (IDECBA) revelan una nueva radiografía del costo de vida en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Durante julio de 2025, una familia tipo —compuesta por dos adultos y dos menores— necesitó $1.925.468 para ser considerada de clase media y al menos $1.214.296 para no caer bajo la línea de pobreza. En tanto, para no ser clasificada como indigente, los ingresos debían alcanzar los $651.816.
El relevamiento, según NA, muestra que las canastas de consumo utilizadas para medir la pobreza y la indigencia subieron en torno al 2,22%, una variación inferior a la inflación general porteña, que fue del 2,5% en el mismo período. Aun así, el aumento de los costos básicos sigue afectando el poder adquisitivo, especialmente en los hogares de ingresos medios y bajos.
La radiografía del bolsillo porteño
- Canasta Básica Alimentaria (CBA): define la línea de indigencia. Trepó 2,22% en julio, llevando el piso de ingresos a $651.816.
- Canasta Básica Total (CBT): mide la línea de pobreza. Subió 1,9%, estableciendo el umbral en $1.214.296.
- Canasta Total (CT): determina la pertenencia a la clase media o estratos superiores. Para alcanzar ese rango, el ingreso mínimo es de $1.925.468.
Comparado con julio de 2024, la línea de pobreza creció un 30,5%, pasando de $929.845 a $1.214.296, mientras que la línea de indigencia saltó de $521.602 a $651.816.
Los seis estratos según el ingreso mensual
- Indigencia: hasta $651.816,24.
- Pobreza no indigente: entre $651.816,25 y $1.214.296,21.
- No pobres vulnerables: entre $1.214.296,22 y $1.540.374,41.
- Sector medio frágil: entre $1.540.374,42 y $1.925.468,02.
- Clase media: entre $1.925.468,03 y $6.161.497,67.
- Sector acomodado: más de $6.161.497,68.
Un dato que preocupa
Si bien el incremento mensual de las canastas estuvo levemente por debajo de la inflación general, el dato anualizado deja en claro que el costo de vida en CABA continúa en niveles históricamente altos. Para muchas familias, alcanzar el piso de la clase media se ha vuelto una meta cada vez más lejana, y el riesgo de caer en la pobreza sigue siendo elevado.