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ECONOMÍA

«El dólar subió 10,7% en julio»: el mayor salto cambiario en casi dos años y su impacto en la economía

La suba llevó al tipo de cambio real a niveles que no se veían desde diciembre de 2023. Mejora la competitividad, pero se encarecen las apuestas en futuros.

Salto

El dólar oficial cerró julio a $1.375, alcanzando un nuevo récord nominal. Con este incremento, el tipo de cambio real multilateral registró una suba del 10,7% mensual, uno de los picos más altos desde la salida de la convertibilidad. En lo que va del año, acumula un avance del 23,6% desde el fin del cepo cambiario, lo que alimenta debates sobre competitividad, inflación y equilibrio externo.

Según un informe de GMA Capital, este salto mensual ubica a julio dentro del top 10 de mayores correcciones cambiarias desde 2003. En el ranking lo preceden episodios como junio de 2018 (+10%) y febrero de 2016 (+10,9%), momentos de fuerte tensión en el mercado cambiario argentino.

Una corrección con baja transmisión a precios

«El repunte del tipo de cambio real obedeció tanto a la depreciación nominal como a la moderada respuesta, hasta el momento, de los precios internos», indicó GMA. La consultora destacó que el nuevo régimen de flotación y la creciente credibilidad en el proceso desinflacionario contribuyeron a frenar la reacción inflacionaria inmediata.

Esta dinámica marca una diferencia con otras crisis: en el pasado, la inflación acompañaba de inmediato la suba del dólar, anulando cualquier mejora en competitividad. Hoy, esa traslación a precios se muestra más acotada, al menos en el corto plazo.

Beneficio al agro y expectativa por el pass through

El mayor beneficiario inmediato de la mejora del tipo de cambio real es el complejo agroexportador. Solo en julio, el precio por tonelada de soja para los productores argentinos subió un 19,2%, pese a la baja en los precios internacionales. Esta mejora responde tanto a un dólar más alto como a la baja de retenciones.

No obstante, persisten dudas sobre la sostenibilidad de este escenario. «En principio, habrá algún traslado, especialmente en los bienes transables», advirtió GMA. Para LCG, «las expectativas de inflación están más ancladas, pero si el dólar vuelve a subir en los próximos meses, no habrá tanto margen para absorber el impacto sin remarcar precios».

Impacto en las cuentas externas y menor déficit de cuenta corriente

La recuperación de competitividad podría empezar a aliviar el rojo externo. Excepto por el dato extraordinario de junio —con fuertes liquidaciones del agro—, la cuenta corriente mostró déficits desde mediados de 2024. En los últimos 12 meses, el balance marca un rojo equivalente al 1,8% del PBI.

«El nuevo nivel del tipo de cambio no corregirá de forma inmediata ese desequilibrio, pero podría acercar el déficit a un 2% del PBI», apuntó GMA. En ese caso, si bien seguiría siendo negativo, reflejaría una economía en crecimiento y reduciría el riesgo de una crisis de balanza de pagos.

El BCRA y las pérdidas en el mercado de futuros

Uno de los efectos colaterales de la escalada fue el impacto sobre el Banco Central. Desde mayo, la autoridad monetaria perdió casi $500.000 millones en el mercado de futuros de dólar, producto de sus intervenciones para frenar la volatilidad.

Entre los factores que explican la suba del dólar en julio, se destacan la caída estacional de las liquidaciones del agro, el exceso de pesos tras el desarme de las LEFI, y la demanda de cobertura típica en años electorales.

Expectativas: tasas altas y mirada sobre la banda cambiaria

Ecolatina advirtió que «la clave será recalibrar el esquema monetario para suavizar la volatilidad de tasas y consolidar las expectativas de devaluación». LCG, en tanto, anticipó que «el dólar no debería bajar en las próximas semanas», salvo que haya una fuerte intervención o cambio de tendencia en la oferta externa.

Desde Invecq plantearon dudas sobre el techo de la banda cambiaria, hoy en $1.450. «Si el mercado confía en el esquema, con tasas tan altas y un nuevo desembolso del FMI por USD 2.000 millones, no debería tocarse. Pero si ocurre, ¿el BCRA logrará contener la presión o se intensificará la dinámica?», se preguntaron.

El Gobierno apuesta a que el combo de tasas positivas, recorte fiscal y señales del FMI le permita sostener la calma cambiaria. Sin embargo, la experiencia argentina obliga a mirar con cautela cualquier euforia en el mercado.