En el marco de la sesión en la Cámara de Diputados en la que el oficialismo sufrió una batería de derrotas legislativas, el diputado nacional de Unión por la Patria, Pablo Yedlin, apuntó duramente contra el Gobierno de Javier Milei, especialmente por la falta de financiamiento al Hospital Garrahan y la intención de vetar normas aprobadas por amplia mayoría.
“El Garrahan no es un hospital más. Es el hospital de máxima complejidad pediátrica del país. Cuando un niño llega al final del sistema, termina en el Garrahan. Si no existiese este hospital, no hay otra alternativa”, subrayó el legislador tucumano en declaraciones a El Intransigente.
Yedlin advirtió que la situación del hospital pediátrico es crítica, y responsabilizó directamente al Poder Ejecutivo por no reaccionar a tiempo: “Esto está en manos del Poder Ejecutivo. Si entendieran la gravedad que atraviesa el Garrahan y la situación de la pediatría en Argentina, esto se podría haber resuelto. En Argentina hay recursos. La verdadera discusión es cuáles son las prioridades”, remarcó.
En la sesión, la oposición logró darle media sanción a proyectos clave, como el aumento de fondos para el sistema universitario y el propio Garrahan, frente a una gestión libertaria que ha hecho del ajuste fiscal su bandera central. Sin embargo, como ya ha ocurrido en casos recientes, el riesgo de un nuevo veto presidencial se cierne sobre las iniciativas.
“Es una vergüenza. Es muy complejo legislar así. Este es un Gobierno que veta todas las normas y nos obliga a pensar en juntar los dos tercios para insistir. No es el sistema republicano que la Argentina ha elegido o pretende”, sostuvo el diputado.
Pero fue más allá: “El veto presidencial es un resabio monárquico que debería usarse en situaciones muy excepcionales, no como herramienta sistemática para bloquear cualquier norma con la que el Ejecutivo no coincide. Son cosas que la democracia argentina debe replantearse”, concluyó.
Las palabras de Yedlin reflejan el clima de creciente tensión entre el oficialismo y la oposición, en un Congreso donde La Libertad Avanza no logra consolidar mayorías propias y enfrenta cada vez más resistencia en temas sensibles como salud, educación y gasto social.