Con mucho dolor y conmoción, así despidió Carmen Barbieri a su querido amigo: Alberto Martín. Luego de pasar por un momento complicado en materia de salud, el afamado actor dejó este plano y sus colegas mostraron su dolor tras los tristes acontecimientos.
En diálogo con «MBA», ciclo que se emite por la TV Pública, la famosa se refirió a la pérdida que la toca de lleno: «Todos los íntimos sabíamos que estaba con un problema bastante importante de salud y él era un toro, la peleaba, la luchaba pero la última semana sabíamos que en cualquier momento…».
«Se va justo cuando yo no estuve, no pude acompañar, pero estuve comunicada un con sus hijos. Un dolor muy grande porque tenía mucha fuerza para seguir viviendo como decía yo, era un toro él, estoy partida al medio», señaló Carmen Barbieri para finalizar con el tema.
Una amistad entrañable
La relación entre Carmen Barbieri y Alberto Martín trascendió los escenarios y la televisión para convertirse en una verdadera amistad. Ambos compartieron años de trabajo en el teatro y en la pantalla, donde construyeron una complicidad basada en el respeto, la admiración mutua y el afecto.
Carmen siempre destacó el profesionalismo de Alberto, su entrega en cada proyecto y su capacidad para generar buen clima en los equipos. Pero más allá de lo laboral, lo que unió a ambos fue el cariño sincero. Compartieron confidencias, celebraron logros personales y estuvieron presentes en los momentos difíciles, sosteniéndose mutuamente en la vida personal.
Martín era reconocido por su calidez y sentido del humor, cualidades que lo convertían en un compañero entrañable tanto dentro como fuera del escenario. Carmen, por su parte, siempre lo consideró un hermano del alma, alguien con quien podía reírse hasta las lágrimas o conversar en profundidad sobre cualquier tema.
La amistad entre ambos es un ejemplo de cómo los lazos que se forjan en el mundo artístico pueden superar el paso del tiempo y las exigencias de la profesión. Para Carmen Barbieri, Alberto Martín no solo fue un colega talentoso, sino un amigo verdadero que dejó una huella imborrable en su vida.
