La tormenta que hoy amenaza al fútbol boliviano no nació de la nada, sino de una denuncia que pretendía apuntar a otro. Semanas atrás, la Federación de Bolivia exigía sanciones para Venezuela, tras las presuntas dificultades que enfrentó su delegación al salir del país caribeño en la última fecha de las Eliminatorias Sudamericanas. Pero el reclamo no prosperó, y ahora, el foco se ha desplazado bruscamente hacia quien alzó la voz primero.
La FIFA y la Conmebol evalúan aplicar una sanción inédita contra Bolivia, que podría derivar incluso en su exclusión del camino hacia el Mundial 2026. Todo debido a dos casos confirmados de dopaje que involucran a figuras clave del combinado nacional. Lo que comenzó como una advertencia terminó revelando un problema mucho más profundo dentro del plantel altiplánico.
Céspedes, el primer caso que desató la alarma
El primero en caer fue Boris Céspedes, mediocampista del Yverdon-Sport suizo, quien arrojó positivo por acetazolamida, una sustancia vetada por la Agencia Mundial Antidopaje. El control fue realizado tras el partido ante Uruguay el 25 de marzo, pero la suspensión llegó casi dos meses después. El jugador intentó defenderse públicamente: “Le pedí al médico de la selección alguna medicación para los síntomas del mal de altura. Confié en el tratamiento que me dieron”, sostuvo.
La sanción que enfrenta podría extenderse por hasta dos años, lo que significaría un duro golpe para su carrera y una grieta importante en el esquema de la selección. Lo más delicado es que este caso no fue un hecho aislado, sino apenas el principio de un escenario aún más comprometedor para Bolivia.
El caso Vaca complica aún más a Bolivia
Apenas días después, otro golpe estremeció a la delegación: Ramiro Vaca, mediocampista del Club Bolívar y una de las piezas más destacadas del equipo nacional, fue suspendido tras un control positivo en un partido de Copa Libertadores ante Sporting Cristal el 7 de mayo. La sustancia detectada fue Ostarine, prohibida desde 2008 por la WADA.
“Jamás consumí ninguna sustancia prohibida de forma intencional. Creo firmemente en el juego limpio”, declaró Vaca en un comunicado, intentando despegarse de la acusación. Sin embargo, la Conmebol lo suspendió preventivamente mientras se analiza el caso. El doble positivo en tan poco tiempo ha encendido todas las alarmas en los organismos reguladores del fútbol regional.
¿Qué es la Ostarine y por qué es tan peligrosa?
La Ostarine pertenece a los llamados moduladores selectivos del receptor de andrógenos (SARM), desarrollados en principio para evitar la pérdida de masa muscular en pacientes con enfermedades degenerativas. Pero su uso no médico lo ha convertido en un potente agente dopante por sus efectos sobre el rendimiento físico.
Danny Erick Bastidas, presidente de la Organización Nacional Antidopaje de Bolivia, advirtió: “Dependiendo de la dosis y la frecuencia de consumo, las sanciones pueden ir desde uno hasta dos años o incluso más”. La gravedad se incrementa al haberse detectado en una competencia internacional, donde la presión y la visibilidad son aún mayores.
Bolivia, al borde del abismo
Con dos casos en menos de un mes, la FIFA y la Conmebol analizan un castigo ejemplar: desde restar puntos en las Eliminatorias hasta la expulsión total del proceso clasificatorio al Mundial 2026. Esta posibilidad busca establecer un precedente firme frente a futuras infracciones.
El golpe no solo es deportivo, sino también simbólico: Bolivia pasó de exigir sanciones a enfrentar la amenaza de una eliminación histórica. El sueño mundialista, que ya era lejano por razones deportivas, hoy parece tambalearse por una tormenta generada desde dentro. El futuro de la selección pende de un hilo, y el escándalo recién comienza a desplegar sus consecuencias.