El diputado nacional Juan Manuel López, referente de la Coalición Cívica, manifestó su inquietud por el clima de creciente tensión política entre el Poder Ejecutivo y el Congreso, al que describió como “una situación compleja y de difícil resolución”.
En declaraciones a Radio Rivadavia, López apuntó que, tras el rechazo a cinco decretos impulsados por el presidente Javier Milei y las últimas votaciones en Diputados, el gobierno mantiene una postura cerrada que impide avanzar en temas clave como el presupuesto y la política impositiva. Según el legislador, esto obliga a la oposición a impulsar proyectos de ley para atender problemas urgentes que el oficialismo “desconoce o agrava”.
“Estamos hablando de causas nobles: médicos residentes del Hospital Garrahan que cobran 700.000 pesos por 12 horas de trabajo, o personas con discapacidad que hace más de un año no reciben la actualización de sus prestaciones. Son reclamos legítimos que el gobierno no escucha. La gente llega al Congreso diciendo que no los atienden, y nosotros buscamos respuestas”, remarcó.
El diputado advirtió que el enfrentamiento institucional se intensifica ante el anuncio de Milei de vetar las leyes aprobadas por la oposición. “En un país normal, el Ejecutivo convoca al diálogo para resolver los problemas. Nosotros siempre nos sentamos con ministros y secretarios cuando nos llamaron, pero este gobierno entra en modo campaña, abandona la gestión y se refugia en teorías conspirativas para acusarnos de querer desestabilizarlo”, afirmó.
Respecto a las críticas del oficialismo sobre la falta de financiamiento de las iniciativas opositoras, López denunció una “doble vara”. “Hace dos años que no hay presupuesto y es difícil calcular el costo fiscal de las leyes, pero el propio gobierno toma decisiones sin medir el impacto, como las exenciones impositivas para Tierra del Fuego o el aumento de tasas de interés para sostener títulos públicos. Todo eso también tiene un costo fiscal”, cuestionó.
López reconoció que el gobierno logró contener la inflación y evitar un escenario de hiperinflación, pero insistió en que cualquier plan económico debe pasar por el Congreso. “No se puede gobernar con discrecionalidad. El superávit fiscal es importante, pero no puede ser excusa para no discutir cómo se destinan los recursos”, subrayó.
Finalmente, llamó a recomponer el diálogo institucional: “Podemos acordar un presupuesto equilibrado y decidir juntos cuánto se destina a jubilados, universidades o seguridad. Hay una oposición dura, pero otros buscamos consensos. Lo único que pedimos es ser escuchados para atender necesidades reales sin poner en riesgo la estabilidad económica”.