La Iglesia Católica volvió a lanzar un mensaje crítico sobre la situación social y política del país, sin mencionar directamente al presidente Javier Milei ni al Gobierno. En el cierre de la Semana Social 2025, realizada en Mar del Plata, los obispos alertaron por «las profundas polarizaciones» y denunciaron «la priorización de intereses sectoriales sobre el bien común».
El encuentro, que reunió a representantes políticos y sindicales de distintos espacios, tuvo la ausencia de referentes de La Libertad Avanza, aunque sí participaron dirigentes del oficialismo provincial, la oposición y el sindicalismo tradicional.
Presencia política y ausencias notorias
La reunión de la Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina, presidida por el arzobispo de Mendoza, Marcelo Colombo, se desarrolló entre el jueves y el domingo en el hotel 13 de Julio de Luz y Fuerza. Entre los presentes estuvieron el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora (PJ); la vicegobernadora de Santa Fe, Gisela Scaglia (PRO); el sindicalista gastronómico Luis Barrionuevo; la dirigente camporista Fernanda Raverta; ministros del gobierno de Axel Kicillof; y los exfuncionarios Gustavo Béliz, María Migliore y Julián Domínguez.
Según confirmaron fuentes eclesiásticas, fueron invitados el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; el secretario de Culto y Civilización, Nahuel Sotelo, y el intendente local, Guillermo Montenegro, candidato de LLA, pero ninguno asistió.
Críticas a la desigualdad y al mercado sin regulación
En un documento titulado “La amistad social como sueño y camino. El legado de Francisco”, la Comisión de Pastoral Social, encabezada por el obispo Dante Braida. Y sostuvo que «el mercado, por sí solo, no garantiza el desarrollo humano integral y la inclusión social».
El texto reclamó que la política y la economía «dialoguen al servicio de la vida», promoviendo una diversidad productiva capaz de generar empleo genuino. También advirtió que la falta de trabajo digno «hiere profundamente la dignidad de las personas» y que el empleo sin derechos constituye «explotación».
Unidad frente a la fragmentación social
Los obispos remarcaron que el país «está afectado por profundas polarizaciones» y por una sociedad «herida y dividida». Pidieron superar los conflictos, priorizar la fraternidad y asumir «la opción preferencial por los más pobres». Para ello, denunciando la cultura del descarte y la globalización de la indiferencia.
«La inequidad y la falta de un desarrollo humano integral no construyen la paz», señalaron. Al tiempo que convocaron a «tejer vínculos que hagan posible una Argentina justa, fraterna y solidaria».
La mirada sobre la inteligencia artificial
El pronunciamiento también incluyó un capítulo dedicado a los desafíos que plantea el avance tecnológico. La Iglesia advirtió que la inteligencia artificial «no es neutral» y que, sin un horizonte ético, puede provocar degradación socioambiental.
«La dignidad y el bien común deben estar en el centro de una Justicia Social tecnológica y ambiental», sostuvieron, instando a una «revolución cultural» que impulse pensamiento crítico y regule el desarrollo científico.
Un llamado al diálogo nacional
Para cerrar, la Pastoral Social reafirmó la necesidad de un «nuevo diálogo» como camino hacia la unidad. «La sabiduría del diálogo, la misericordia que acoge y la alegría de la esperanza nos impulsan a organizarnos como sociedad. Para construir una patria con verdadera amistad social y orientada al bien común», concluyeron.