La Iglesia, por medio del obispo de Mendoza y titular de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Marcelo Colombo, cuestionó el recorte de aportes a los centros de prevención y recuperación de adictos. Señaló que muchos de esos espacios, en condiciones muy precarias, siguen funcionando a pesar de la falta de recursos.
Durante una homilía en Río Negro, en homenaje a Ceferino Namuncurá, Colombo advirtió: “Una mirada meramente policial y judicial de las adicciones nos deja sin herramientas. Este flagelo condena a generaciones de jóvenes a la frustración y al sinsentido de la vida. Además, pone en riesgo su salud y la de sus familias”.
El rol de la Iglesia frente a las adicciones
El obispo recordó que Ceferino es patrono de la pastoral de adicciones. “Su identificación con Jesús nos invita a acompañar los esfuerzos para cuidar la vida amenazada de tantos hermanos que desean salir de su situación”, sostuvo. Y agregó: “Pidamos a Ceferino que interceda ante el Señor para que se detengan esos verdaderos signos de muerte”.
En junio, la Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia ya había manifestado su preocupación por el avance del narcotráfico. Señaló además la “despenalización de hecho” del consumo de drogas. El documento indicó que los barrios más pobres son los más afectados. Allí, las familias se ven desintegradas mientras las redes de narcomenudeo avanzan en silencio.
La comisión destacó que la presencia de las Iglesias en prevención y recuperación resulta clave. Remarcó que estas instituciones no solo se adelantan a la oferta del narcotráfico. También acompañan a quienes buscan salir de ese círculo, levantando a los caídos y ayudando a que encuentren nuevos caminos.
Reclamo de apoyo estatal y situación en los barrios
El texto subrayó que las organizaciones sociales y religiosas no alcanzan a cubrir la creciente demanda sin el respaldo del Estado. “Nos encontramos con escuelas atravesadas por el consumo. Los vecinos se organizan, pero hay armas de por medio. Y los hospitales, con menos presupuesto, se convierten en salas de atención primaria”, señaló la comisión.
Colombo insistió en que la respuesta no puede limitarse a la seguridad. Alertó que el recorte de aportes a los centros de prevención y recuperación de adictos profundiza un problema que exige contención, recursos y acompañamiento cercano.
En su reflexión final, llamó a no perder de vista la dignidad de quienes luchan contra las adicciones. Así, la Iglesia volvió a reclamar que se garantice el funcionamiento de los espacios de prevención y recuperación. En este contexto, el reclamo se suma al debate abierto por las políticas sociales del presidente Javier Milei, que impactan de forma directa en las comunidades más vulnerables.