La última semana de agosto podría convertirse en uno de los momentos más difíciles del año para La Libertad Avanza en el Congreso. El oficialismo, que en la última sesión de la Cámara de Diputados perdió 12 votaciones consecutivas, enfrenta ahora una estrategia opositora que busca coronar un semestre marcado por las derrotas parlamentarias.
En esa jornada, la oposición no solo consiguió el quórum sino que mantuvo más de 140 legisladores en el recinto. Una de las dos leyes aprobadas obtuvo más de dos tercios de los votos, dejando al Gobierno en una posición de clara desventaja política.
Proyectos impulsados por los gobernadores
Esta semana, casi todos los bloques —salvo los libertarios y los sectores más alineados del PRO— firmarán dictamen para dos proyectos impulsados por los 23 gobernadores y el jefe de Gobierno porteño. Ambas iniciativas ya cuentan con media sanción del Senado y su aprobación definitiva en Diputados abriría un nuevo frente de tensión.
Desde la oposición confirman que se trabaja para concretar una sesión antes de que termine agosto, con esos proyectos como eje y otros temas en carpeta, como el aumento de jubilaciones, el regreso de la moratoria previsional y la declaración de emergencia en discapacidad.
La amenaza de nuevos vetos presidenciales
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, adelantó que Javier Milei vetará las leyes de los gobernadores si son aprobadas. Sin embargo, en el Senado ambas fueron votadas por 56 de los 57 presentes, con ausencia libertaria y apoyo de UxP, la UCR y fuerzas provinciales. Lo que representa ocho votos más que los dos tercios necesarios para insistir en caso de veto.
En paralelo, el Senado podría sesionar a finales de agosto o en la primera semana de septiembre para avanzar en la emergencia en Pediatría. También universidades y el rechazo a decretos delegados, lo que sumaría otra derrota para el oficialismo.
Cuenta regresiva hacia las elecciones
Todas estas maniobras están pensadas con un objetivo político claro: las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre, consideradas la “madre de todas las batallas” por su peso electoral y simbólico. Legisladores opositores reconocen que existe “un clima en el Congreso” propicio para impulsar una agenda social. Alimentado por el descontento en la calle y por gobernadores que comienzan a tomar distancia del Ejecutivo.
Con las listas cerradas, prevén sumar votos de quienes busquen diferenciarse del oficialismo. Y de “heridos” por las internas partidarias, dispuestos a respaldar medidas populares sin temor a sanciones.
Hacia una posible “mega sesión anti veto”
Tras las elecciones bonaerenses, la oposición proyecta una sesión especial para insistir con leyes ya aprobadas y vetadas por el Presidente. Además de las impulsadas por los gobernadores, figuran el aumento de jubilaciones y bonos, la moratoria previsional, y las emergencias en Bahía Blanca, discapacidad y pediatría.
La apuesta es combinar el voto de la oposición dura con el de legisladores que, en plena campaña nacional, busquen mostrarse sensibles ante demandas sociales, incluso si eso implica enfrentarse al Gobierno de Milei.