En el mundo corporativo, existe un ámbito en el que las grandes multinacionales no pueden maquillar la realidad ni recurrir a comunicados amables. Son los documentos que envían a la Securities and Exchange Commission (SEC) de Estados Unidos, el organismo que supervisa a las compañías que cotizan en Wall Street. Allí, por obligación legal, deben presentar un diagnóstico crudo y directo sobre sus operaciones y los riesgos que enfrentan.
Esa fuente permite conocer cómo ven hoy a la Argentina empresas como Coca-Cola, PepsiCo, General Motors, Ford, Mondel?z, Stellantis y Volkswagen, entre otras. En sus informes 10-K y 20-F enviados durante el último año y en lo que va de 2025, reconocen una fuerte recuperación en las ventas durante los primeros meses del año, pero también coinciden en un punto: la debilidad estructural del peso sigue siendo un problema central.
Detalles de la gestión libertaria
En los números, el primer año de gestión de Javier Milei estuvo marcado por caídas de dos dígitos en las ventas locales debido al ajuste fiscal, la alta inflación y el estancamiento económico. Sin embargo, muchas firmas reportan que en 2025 sus operaciones comenzaron a repuntar con fuerza. Coca-Cola, a través de Femsa —su principal embotelladora en el país— informó un crecimiento del 14% en el primer semestre, tras una contracción del 12% en 2024.
El repunte no se limita al sector de alimentos y bebidas. Volkswagen destacó que el mercado automotor argentino creció notablemente y que las “mejoras macroeconómicas” impulsaron la demanda de créditos para la compra de vehículos. Stellantis, fabricante de Fiat y Peugeot en el país, también informó un aumento de ingresos en Sudamérica “impulsado principalmente por la Argentina” durante el primer semestre.
Distintos diagnósticos
Otras empresas muestran un panorama mixto. PepsiCo admitió que en 2024 sus ventas en la región cayeron un 2%, con descensos de dos dígitos en Argentina y Perú, compensados parcialmente por el crecimiento en Brasil. Mondel?z fue más tajante: advirtió que la fuerte devaluación del peso en diciembre de 2023 y la volatilidad cambiaria siguen siendo factores de riesgo que pueden afectar la demanda, los resultados financieros y la relación con clientes y proveedores.
La lista de advertencias es extensa. Alphabet, dueña de Google, señaló que el fortalecimiento del dólar frente al peso argentino y el real brasileño impactó negativamente en sus ingresos. Netflix, por su parte, explicó que la devaluación del peso y los aumentos de precios en moneda local afectaron su desempeño en 2024. Johnson & Johnson, que clasifica a la Argentina como una economía altamente inflacionaria, advirtió que la persistencia de este fenómeno puede erosionar la rentabilidad.
Stellantis también alertó sobre las restricciones para transferir al exterior el efectivo disponible en sus filiales locales, que a fines de 2024 sumaba €680 millones. Este tipo de obstáculos, señalan en el sector, es un recordatorio de la necesidad de normalizar el mercado cambiario para atraer y sostener inversiones.
Un historial adverso
El análisis empresarial no se limita al presente. Según un informe de PwC, en los últimos cinco años al menos 70 multinacionales se retiraron del país o vendieron sus operaciones. Entre ellas, Falabella, Walmart, Latam, ExxonMobil, HSBC, Telefónica e Itaú. En muchos casos, la decisión respondió a que el mercado argentino representa una porción mínima de su negocio global pero demanda un esfuerzo de gestión desproporcionado.
En síntesis, las grandes corporaciones observan un escenario con señales positivas gracias a la baja de la inflación y la reactivación parcial del consumo. Sin embargo, siguen mirando de reojo la inestabilidad cambiaria, un viejo problema argentino que, por ahora, persiste.