María Eugenia Vidal, diputada nacional, decidió no competir en las próximas elecciones y se pronunció en contra del acuerdo entre el PRO y La Libertad Avanza. La dirigente argumentó que el acuerdo era «malo para el PRO, para la gente y para el país», dejando en claro su disconformidad con la estrategia electoral adoptada por su partido. Tras abandonar su banca, la diputada del PRO se quedará afuera de cargos de peso en los próximos comicios, marcando un alejamiento significativo de la primera línea política en un momento crucial para la oposición.
En una entrevista publicada en el diario Clarín, Vidal sostuvo que la decisión de no ser candidata se basó en la coherencia entre lo que sentía, pensaba y hacía. La expresidenta de la Fundación Pensar ya había manifestado su disconformidad con Mauricio y Jorge Macri, y les había comunicado previamente que no participaría de las elecciones si se concretaba la alianza con el oficialismo. Esta postura refleja las tensiones internas que atraviesa el PRO en su definición de estrategias electorales y alianzas políticas para el futuro inmediato.
La exgobernadora de la provincia de Buenos Aires también cuestionó la libertad de acción que el partido definió para sus dirigentes en las distintas jurisdicciones. «Hay que tener identidad y valores e ideas que defender en todo el país«, afirmó Vidal, sugiriendo que la flexibilidad acordada por la conducción partidaria compromete la coherencia ideológica del espacio. No obstante, María Eugenia Vidal aclaró que no se irá del PRO y que tampoco se presentaría como candidata por otra lista, manteniendo así su pertenencia partidaria pese a sus diferencias estratégicas.
Críticas a la gestión nacional y provincial
Durante la entrevista, la dirigente explicó que aceptó «la decisión de mi partido, pero soy honesta diciendo que no la comparto ni la acompaño«. Esta declaración sintetiza la posición incómoda en la que se encuentra la dirigente, quien debe navegar entre la lealtad partidaria y sus convicciones personales sobre el rumbo político que debería tomar el PRO en el actual contexto nacional.
La exgobernadora también se refirió a la actualidad política y a la gestión del presidente Javier Milei, adoptando una postura equilibrada que combina reconocimientos y críticas. Le reconoció el «coraje de haber sostenido el equilibrio fiscal» y de haber logrado bajar la inflación, destacando aspectos positivos de la gestión económica del gobierno nacional. Sin embargo, criticó duramente el «insulto y la agresión» como estilo de comunicación presidencial, además de señalar la falta de un presupuesto en el Congreso y los constantes vetos presidenciales como problemas institucionales significativos.
Vidal también dirigió sus críticas hacia la gestión del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, con quien mantuvo una confrontación política durante su mandato provincial. «Hace seis años que me fui de la Provincia y Kicillof sigue hablando de la pesada herencia«, sentenció la diputada, sugiriendo que el actual gobernador no ha asumido completamente la responsabilidad de su gestión y continúa justificando los problemas provinciales en administraciones anteriores.
Para cerrar sus declaraciones, la diputada fue consultada sobre la situación de la expresidenta Cristina Kirchner, sobre quien emitió un diagnóstico contundente y sin matices. «Es una política condenada por corrupción después de 15 años de investigación y de la intervención de 14 jueces. No tengo nada más para agregar», concluyó María Eugenia Vidal.