Javier Milei dio a entender el viernes por la noche, durante su exposición en la Bolsa de Rosario, que la turbulencia financiera se extenderá por un tiempo más. Señaló la elección del 7 de septiembre como un “techo” para las aspiraciones del kirchnerismo y se mostró confiado en lograr una diferencia amplia en las legislativas de octubre.
Sin embargo, el Presidente no mencionó el escándalo por los audios atribuidos a Diego Spagnuolo, exdirector de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), en los que se habla de posibles coimas vinculadas a la compra de medicamentos. Aunque el Gobierno evitó referirse públicamente, en la Casa Rosada admiten que “algunas cabezas van a tener que rodar”.
Un mercado que no perdona
El impacto en los mercados fue inmediato. Mientras Wall Street y la mayoría de los emergentes celebraban la posibilidad de una baja de tasas en EE.UU., las acciones argentinas cayeron en promedio un 2% en Nueva York. La incertidumbre política y los errores de coordinación financiera siguen alejando a los inversores.
La gran incógnita es cuánto tiempo se mantendrán las tasas de interés en torno al 60% anual. Desde el propio equipo económico reconocen que no habrá margen para bajarlas al menos hasta después de las legislativas del 26 de octubre.
Tasas altas y efecto sobre la economía real
El Gobierno sabe que la prolongación del escenario de tasas altas golpea de lleno en la actividad. Según la consultora Equilibra, el Tesoro ya sufrió un incremento en el pago de intereses de 1,3 billones de pesos desde agosto hasta febrero de 2026, equivalente al 0,13% del PBI. Y la cuenta seguirá creciendo en la medida que se renueve deuda con rendimientos tan elevados.
Para las empresas, especialmente las pymes, la situación se volvió crítica. Aunque el financiamiento vía cheques electrónicos se mantuvo, las tasas subieron del 35% al 50%. En un contexto de ventas planchadas, los márgenes se achican y aumenta el temor a despidos para sostener la rentabilidad.
Números que confirman la desaceleración
Los últimos indicadores marcan un freno en la economía. El INDEC reportó que el EMAE cayó 0,7% en junio y revisó a la baja el dato de mayo (-0,2%). En resumen, la actividad tocó techo en el primer trimestre y desde entonces se amesetó.
En julio, la industria retrocedió 3,3% interanual según FIEL, lo que recortó la mejora acumulada en el año a apenas 1,7%. El riesgo de que la recuperación en “V” termine transformándose en una “W” preocupa a casi todos los sectores productivos.
Riesgo electoral y Congreso hostil
Milei insiste en que, tras las elecciones, las tasas volverán a la normalidad. Pero el mercado desconfía. La falta de una mayoría sólida en el Congreso y las derrotas legislativas recientes encienden alarmas. La oposición logró anular un veto presidencial y avanzar con leyes que aumentan el gasto sin definir de dónde saldrán los recursos.
El superávit fiscal, uno de los pilares del programa, sigue bajo presión. Aunque el Gobierno celebró haber evitado el costo del aumento jubilatorio (1,2% del PBI), todavía enfrenta la incógnita de lo que ocurrirá con la emergencia en discapacidad, el Garrahan y las universidades.
Escándalo y control de daños
A todo esto se sumó el escándalo por presuntas coimas en la compra de medicamentos, que involucra a funcionarios y empresarios del sector. A menos de dos semanas de las elecciones bonaerenses, la causa representa un riesgo adicional de desgaste político.
Demasiados frentes abiertos para un Gobierno que busca sostener la confianza de los inversores y evitar que la incertidumbre se transforme en recesión.