Siempre sincera, tajante y sin pelos en la lengua. De esta manera es como se muestra una de las figuras más importantes de nuestro país, como es el caso de Juana Viale, quien nuevamente se lució en Almorzando con Juana, el ciclo que conduce en Canal Trece.
Uno de los invitados fue nada más y nada menos que Axel, quien se manifestó sobre la denuncia de abuso sexu*l que recibió hace algunos años y de la que fue sobreseído por la Justicia. «Aprendí que nada de lo que digan los demás determina quién soy», comenzó diciendo.
«Yo sé muy bien quién soy como padre, como amigo, como pareja. Yo sé muy bien quién soy. Nadie tiene más poder que el gran creador que es Dios, yo creo en Dios. Todo queda diluido cuando la verdad sale a la luz. Si vos sabés muy bien quién sos», apuntó el cantante. «¿En una parte dijiste ‘no puedo más’ con tantas cosas en contra mío?», indagó Matías Vázquez, presente en el ciclo.
«Es larguísimo, pero por supuesto que cuando la vida te da un golpe fuerte… yo creo que todo pasa por algo. Hay que hacerse cargo y ver en qué se puede crecer. Me re bajoneé, me entristeció un montón. Lloré dos meses seguidos. Pero siempre fui un resiliente», aclaró.
«Yo sé muy bien quién soy y estoy conectado con Dios. Nos va muy bien en los conciertos. Todo se acomoda. Es más, lo que no te mata te fortalece. Yo me siento en el momento más feliz de mi vida, y vengo de haber vivido momentos muy duros. También la separación de mi compañera… el amor no se acaba, se transforma. Fue la única vez en mi vida que agradecí que mi mamá no estuviera viva. Si ella estaba viva, la mataban…», sentenció Axel.
Siempre impecable
Como sucede todos los domingos, Juana Viale se mostró impecable con un look pensando y armado por Gino Bogani, el diseñador estrella de nuestro país, quien se encarga también de hacer lucir a la gran Mirtha Legrand, quien tiene sus programas los días sábados. Si bien la hija de Marcela Tinayre se hizo cargo de los almuerzos cuando el mundo luchaba contra la pandemia de coronavirus, luego la también actriz terminó quedando fija, mientras que su abuela regresó, pero solamente a las mesazas de los sábados.