En medio de las negociaciones entre La Libertad Avanza (LLA) y el PRO para sellar un acuerdo electoral en la Ciudad de Buenos Aires, una figura histórica del espacio amarillo tomó distancia y lo dejó en claro: María Eugenia Vidal anunció que no será candidata y expresó su fuerte desacuerdo con la alianza con el oficialismo libertario.
Mientras los principales referentes del PRO y LLA definían los nombres que encabezarán la lista legislativa común en CABA, Vidal rompió el silencio en declaraciones a La Nación y marcó la cancha: “No estoy de acuerdo con ir juntos con LLA”, aseguró tajante.
La coalición llevará candidatos de ambas fuerzas, aunque predominan los nombres violetas. En principio, se especula con que Patricia Bullrich, actual ministra de Seguridad, sea quien encabece la nómina. El PRO aportaría nombres como Jimena de la Torre, Fernando de Andreis y Hernán Iglesias Illa, aunque todavía no hay confirmaciones oficiales.
Sin embargo, la decisión de Vidal cayó como una bomba dentro del partido. “No sería ético que lo haga. No voy a ser candidata ni hacer campaña”, sentenció la exgobernadora bonaerense, que además aclaró que no abandonará el PRO, pero tampoco apoyará las listas que incluyan candidatos de LLA: “Sería incoherente que sea parte de esa lista”, advirtió.
Desde hace semanas, la interna del PRO venía evidenciando grietas profundas. Aunque Jorge Macri también había mostrado reparos iniciales al acuerdo con el oficialismo, finalmente accedió ante el riesgo de una derrota electoral sin una estrategia unificada. En cambio, Vidal no dudó en mantenerse firme y marcar diferencias: “No vale todo por un cargo”.
Este escenario deja al PRO dividido, aunque formalmente aún unido. La alianza con Milei en CABA marca un nuevo capítulo en la reconfiguración del mapa opositor, pero también abre interrogantes sobre su sustentabilidad interna, con figuras clave como Vidal que se niegan a convalidar lo que consideran un desvío de principios.