A menos de un mes para las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre y a poco más de dos meses de las legislativas nacionales del 26 de octubre, el sociólogo y antropólogo Pablo Semán trazó un diagnóstico que golpea al peronismo y reafirma la posición dominante de Javier Milei en la política argentina.
«Milei no tiene con quién perder y la oposición no encuentra un referente para sus planteos, como tampoco encuentra un planteo plausible y verosímil», sostuvo el académico en diálogo con Infobae. Para Semán, el problema del justicialismo no es coyuntural, sino estructural: «Todavía está pagando las culpas que la sociedad le adjudica por sus últimos gobiernos, no solo por el último. Paga los últimos 15 años de las políticas del kirchnerismo que fracasaron».
Una década de retrocesos
Semán recordó que el peronismo acumula derrotas incluso previas a la era Milei. «Perdió en 2013, 2015, 2017, 2021 y 2023. Hay una pérdida creciente de votos durante más de diez años. El único gesto que hicieron para resolverlo fue echarle la culpa a Alberto Fernández», señaló, advirtiendo que esa estrategia no alcanza para revertir el rechazo social.
El diagnóstico surge de un estudio de campo de Rubikon-Intel en seis provincias con los mayores niveles de ausentismo, titulado “Exhaustos”. Según Semán, describe a un electorado desilusionado que “no tiene más para dar” y que podría ser decisivo en los próximos comicios.
Vacío de liderazgo y de ideas
El sociólogo advirtió que el peronismo carece de recursos para motivar a su propia base. «Falta perspectiva de poder, renovación de ideas y figuras capaces de entusiasmar. Mucha gente que no votó a Milei, lo hizo esperando un cambio. Hoy el peronismo no ofrece una alternativa verosímil a su programa vencido ni al de Milei», afirmó.
También remarcó que en Argentina “las elecciones muchas veces las pierden los gobiernos más que ganarlas las oposiciones”. Sin embargo, Milei —dijo— sigue beneficiándose de ventajas institucionales y simbólicas: «No tiene mayoría en el Parlamento ni gobernadores propios, pero el diseño institucional argentino le otorga un poder presidencial muy fuerte».
El factor ausentismo
Para Semán, la baja participación puede crecer si los partidos no modifican su estrategia. «Si todos siguen haciendo lo mismo, el ausentismo crece», advirtió. Y criticó la inacción del PJ: «No resolvió la renovación de figuras ni de planteos. Puede criticar la motosierra y revertir algo de voto, pero siempre será contra el fantasma del ausentismo».
En ese sentido, alertó que relativizar el valor del voto para ganar una elección «erosiona la legitimidad democrática» y abre la puerta a cambios en las reglas de juego que debiliten el sistema.
La estrategia oficialista
Semán considera que el Gobierno actúa para contener y capitalizar ese riesgo: «Polariza, trabaja en territorio y busca movilizar a los más reticentes a votar, instalando el peligro de que el kirchnerismo pueda volver a ganar». Mencionó como ejemplo el lanzamiento de campaña en La Matanza, con una alianza que incluye a sectores del PRO y del peronismo disidente.
El oficialismo —según el sociólogo— pondrá el foco en los logros contra la inflación, la seguridad y el antagonismo con el kirchnerismo. Así busca que incluso los votantes desilusionados lo elijan como “mal menor” frente a un PJ sin respuestas.
Una oposición sin brújula
En su análisis final, Semán advirtió que todos los gobiernos tienden a sobreactuar su presente y subestimar las consecuencias. «Cristina en 2013, Macri después de 2017 y ahora este gobierno, que parece no temer a quemar todo». La diferencia, en su visión, es que Milei aún compite en una cancha sin rival de peso.
Mientras el Presidente consolida su narrativa y aprovecha el desgaste del kirchnerismo, el peronismo encara la campaña mirándose en un espejo que refleja un pasado glorioso pero un presente vacío de propuestas. Y en ese escenario, como resumió Semán, «Milei no tiene con quién perder».