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POLÍTICA

Patricia Bullrich recibirá al el ministro del Interior de Chile tras los incidentes en Independiente

La decisión busca acompañar a los hinchas chilenos heridos y a quienes aún permanecen detenidos luego de la violencia registrada en el encuentro de fútbol.

Patricia Bullrich

En medio de la conmoción que provocaron los graves incidentes ocurridos anoche en el estadio Libertadores de América, el presidente de Chile, Gabriel Boric, dispuso el envío a la Argentina de su ministro del Interior, Álvaro Elizalde. La decisión busca acompañar a los hinchas chilenos heridos y a quienes aún permanecen detenidos luego de la violencia registrada en el encuentro entre Independiente y Universidad de Chile por la Copa Sudamericana.

Elizalde viajó en un vuelo que despegó del Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez, minutos antes del mediodía del jueves. De acuerdo a lo informado por Cancillería, la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, recibirá en Buenos Aires al ministro del Interior de Chile para analizar lo sucedido en Avellaneda. El objetivo del encuentro será evaluar responsabilidades y garantizar la asistencia a los ciudadanos trasandinos que resultaron afectados.

Antes de su partida, el funcionario chileno ofreció una conferencia de prensa en la Casa de la Moneda. Allí condenó enérgicamente los hechos y sostuvo que la violencia en el fútbol es inaceptable. “Nosotros condenamos toda forma de violencia, y particularmente la violencia en el fútbol”, expresó. No obstante, diferenció entre el accionar de hinchas violentos y los ataques sufridos por simpatizantes comunes. “Si un hincha comete un delito, debe ser detenido y puesto a disposición de la Justicia. Pero algo muy distinto es que una persona sea víctima de un linchamiento”, advirtió.

Estado de los heridos y acompañamiento

El ministro Elizalde calificó a lo sucedido como una “barbarie” y destacó que su visita está destinada a transmitir el compromiso del Estado de Chile con sus ciudadanos en el exterior. Para ello, viaja acompañado por el coronel Rodrigo Álvarez, del Departamento de Control y Orden Público, y por Fernando Cabezas, jefe de la Dirección de Comunidades en el Exterior. La misión incluye reuniones con funcionarios argentinos y visitas a los hospitales donde permanecen internados los heridos.

En paralelo, Universidad de Chile brindó un parte médico sobre la situación de sus hinchas hospitalizados en Buenos Aires. El presidente del club, Michael Clark, informó que ocho de los doce lesionados ya recibieron el alta, mientras que cuatro permanecen bajo observación médica. De estos, uno permanece en terapia intensiva y otros dos podrían recibir el alta en las próximas horas. “Vienen evolucionando bien. De las 12 personas quedan cuatro internadas y, al final del día, seguro quedarán dos”, señaló Clark tras visitar a los pacientes en el Hospital Fiorito.

Por su parte, el Ministerio de Salud bonaerense detalló en un informe oficial que dos hombres fueron operados durante la madrugada. Uno de ellos, de 56 años, sufrió un traumatismo de cráneo con fractura cervical y permanece estable. El otro, de 33, también presenta traumatismo de cráneo y continúa con pronóstico reservado. Además, el Hospital Presidente Perón de Avellaneda recibió a otros dos hinchas chilenos, quienes permanecen bajo monitoreo médico.

Investigación y responsabilidad compartida

Según el parte policial, los disturbios se intensificaron alrededor de las 22:05, cuando el partido estaba igualado 1-1 y la clasificación favorecía al equipo visitante. Los simpatizantes de la Universidad de Chile arrojaron objetos contundentes y provocaron destrozos en las instalaciones, lo que desató la reacción de sectores de la hinchada local. Incluso, hinchas de Independiente rompieron vidrios del micro que transportaba a la delegación chilena.

Durante esos minutos, representantes de la Conmebol, directivos de ambos clubes y las autoridades de seguridad mantuvieron una reunión de urgencia. La Policía bonaerense y la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (APreViDe) recomendaron suspender el encuentro para evitar una tragedia mayor. Sin embargo, esa sugerencia fue desestimada por los delegados de la Conmebol, que priorizaron desalojar primero a la parcialidad visitante.

Finalmente, el operativo de seguridad logró contener la situación y el partido fue suspendido. El saldo fue de 135 personas detenidas, entre ellos simpatizantes de ambas parcialidades, con imputaciones por “atentado y resistencia a la autoridad, lesiones y daños”. Además, se registraron destrozos severos en sanitarios y estructuras del estadio.