El intendente de Rosario, Pablo Javkin, lanzó una dura advertencia sobre la crisis provocada por el fentanilo contaminado y afirmó que se trata de un hecho sin precedentes en el país. “Estamos sin dudas ante la mayor catástrofe sanitaria que va a tener la historia de la Argentina”, aseguró en declaraciones a Radio Rivadavia, tras confirmar que el municipio se presentó como querellante en la causa junto a la provincia de Santa Fe.
Javkin recordó que en 2016 se produjo la explosión del laboratorio Apolo en Rosario, cuyos dueños –según remarcó– forman parte del mismo entramado empresarial que hoy involucra a las firmas HLB Pharma y Ramallo, responsables de la elaboración del fentanilo que ya provocó 96 muertes. “Es el mismo grupo. Con cambios societarios, pero son los mismos actores”, señaló.
El jefe comunal explicó que el municipio recibió el primer alerta de la ANMAT el pasado 7 de mayo, y que a partir de ese momento comenzaron los controles en hospitales y farmacias para rastrear las ampollas contaminadas: “Detectamos ocho casos en el hospital de emergencias de Rosario vinculados a ese lote. Nos comunicamos con las familias y nos presentamos como querellantes”.
Javkin sostuvo que “hay casos en el sistema privado” y que se está trabajando con familias que reportaron fallecimientos relacionados con la aplicación del fentanilo. “Es un lote contaminado que genera dos bacterias específicas. Ya habían detectado esas bacterias en una droga similar en diciembre, y si eso se hubiera sancionado, hoy no estaríamos hablando de esto”, cuestionó.
Además, insistió en que hubo advertencias previas de la ANMAT que no fueron atendidas. “Hubo seguimientos de fallas y no se tomaron sanciones. Así como viene evolucionando el tema, van a aparecer más casos”, advirtió. Y señaló las vinculaciones del empresario Ariel García Furfaro con dirigentes del kirchnerismo. “Fueron los mismos que viajaron a Rusia por la Sputnik”, recordó.
Finalmente, el intendente pidió respeto por los familiares y reclamó que el caso no se traduzca en una pelea partidaria. “No hay que embarrar esto con discusiones electorales, porque lo que tenemos delante es un hecho gravísimo y todavía falta mucho por investigar. Lo que importa ahora son las familias”, concluyó.