El turismo internacional volvió a mostrar números negativos para el país. Según el informe del Indec, en julio ingresaron 704 mil visitantes no residentes, lo que implicó una caída interanual del 26,6%. De ese total, 427,2 mil fueron turistas, un descenso del 16%, mientras que 276,8 mil fueron excursionistas, con una caída más marcada del 38,5%.
El informe detalló que el 76,3% de los visitantes provinieron de países limítrofes, liderados por Brasil con 32,3% y Uruguay con 21,3%. En cuanto a los medios de ingreso, el 48,7% llegó por vía aérea, el 38,7% por terrestre y apenas el 12,5% por río o mar.

Crecimiento del turismo emisivo
En paralelo, el turismo emisivo mostró un repunte. Más de un millón y medio de argentinos viajaron al exterior en julio. De ellos, 843,1 mil fueron turistas y 715,4 mil excursionistas. El 70,2% eligió países vecinos, siendo Brasil el destino principal con 23%, seguido por Chile con 18,1% y Paraguay con 15%.
El informe indicó que casi la mitad de estos viajes se realizaron por avión (46,7%) y la otra mitad por rutas terrestres (46%). Esto refleja un aumento constante del interés de los argentinos por destinos regionales, a pesar de la caída de visitantes extranjeros en el país.
Impacto en la balanza turística
El Indec concluyó que en julio se registró un saldo negativo de 854,5 mil visitantes internacionales. Esta cifra incluye un saldo negativo de 415,9 mil turistas y 438,7 mil excursionistas. Los datos evidencian un desequilibrio entre el turismo receptivo y emisivo que afecta la economía local, sobre todo en zonas dependientes del flujo de extranjeros.
Analistas señalaron que la caída del turismo internacional se concentra en países no limítrofes y en segmentos de mayor gasto, lo que impacta directamente en ingresos por divisas y ocupación hotelera. Por su parte, el crecimiento del turismo emisivo refleja la recuperación económica de algunos sectores y la búsqueda de opciones más económicas en países cercanos.
En síntesis, los datos del Indec muestran que julio dejó un panorama mixto: mientras los visitantes extranjeros disminuyeron, los argentinos que viajaron al exterior marcaron un aumento relevante. Esta tendencia plantea desafíos para políticas de promoción turística y estrategias para equilibrar la balanza de visitantes.