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ECONOMÍA

A pocos días de la derrota en las elecciones, Luis Caputo afronta un desafío muy complejo: los detalles

 

El Ministerio de Economía, liderado por Luis Caputo, deberá afrontar este miércoles un desafío mayúsculo: conseguir $7,2 billones para renovar vencimientos de deuda.

 
Caputo
El ministro de Economía priorizó el ahorro en pesos con tasas del 3% mensual, en sentido opuesto al enfoque recomendado por el Fondo Monetario Internacional para estimular el consumo.

El Ministerio de Economía, liderado por Luis Caputo, deberá afrontar este miércoles un desafío mayúsculo: conseguir $7,2 billones para renovar vencimientos de deuda. El dato que enciende las alarmas en el mercado es que la oferta de bonos más corta disponible para los bancos vence el 31 de octubre, apenas tres días después de las elecciones nacionales.

La apuesta oficial, informó NA, se convierte así en un test de confianza: las entidades financieras deberán decidir si prestan al Gobierno a riesgo de que el resultado en las urnas no le sea favorable, y bajo qué tasa de interés estarían dispuestas a hacerlo.

Riesgo electoral y pulseada con los bancos

El hecho de que el título más inmediato sea a 45 días de plazo vuelve a poner sobre la mesa la discusión entre el equipo económico y los bancos en torno a la liquidez, luego de la eliminación de las LEFI.

Si bien el Banco Central repuso los pases, la tensión persiste: las entidades se ven obligadas a evaluar si conviene inmovilizar fondos en un instrumento tan cercano a un evento electoral que podría modificar el escenario económico y político del país.

El alivio parcial del roll over

El total de los vencimientos asciende a $16 billones, aunque el lunes el Banco Central y el Tesoro lograron cerrar un roll over de bonos por cerca de $9 billones, lo que redujo a casi la mitad la presión inmediata. Aun así, el monto pendiente sigue siendo significativo y mantiene en vilo a los mercados.

El resultado de la licitación será observado con lupa por los analistas, que ven en este operativo no solo una cuestión financiera, sino también una señal política sobre la capacidad del Gobierno de Javier Milei para sostener su programa en la recta final antes de las elecciones.