El diputado nacional del PRO y ex ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, vinculó el triple crimen de Florencio Varela con lo que definió como una “degradación moral y social” producto de “años de anomia y populismo que exaltaron la marginalidad como cultura”.
“La pobreza no puede ser motivo de orgullo, es una miseria planificada para someter a la gente”, sostuvo en diálogo con Radio Rivadavia, donde cuestionó la naturalización de prácticas que, a su entender, “ya no generan alarma social”.
Para ejemplificarlo, Finocchiaro remarcó: “Es tremendo que se naturalice que una nena de 15 años se prostituya. En este caso, esas chicas llevaban dinero a sus casas y nadie se preguntaba de dónde lo sacaban. Eso habla de una subcultura que exalta el delito y la miseria como vía de progreso”.
Según el legislador, esa lógica impacta directamente en la formación de los jóvenes: “Hoy los héroes de muchos chicos no son los que trabajan o estudian, sino el que tiene la moto, el arma o el dinero fácil”.
Críticas a Kicillof y al narcotráfico
El diputado también apuntó contra el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, a quien acusó de “politizar la tragedia en lugar de asumir responsabilidades”. “Un gobernador no puede ser un comentarista de la realidad. No sirve tuitear desde Nueva York sobre un crimen en su provincia: tiene que coordinar acciones con Nación y la Ciudad, porque el narcotráfico no reconoce fronteras”, advirtió.
Finocchiaro diferenció entre delitos sociales y crimen organizado: “No es lo mismo el que roba para comer que el que trafica cocaína o secuestra. Eso requiere la máxima respuesta del Estado, con todo el peso de la ley”.
El rol de la educación
Con su experiencia como ex ministro, el legislador puso el foco en la falta de horizonte de los jóvenes: “Antes, quien caía en la villa buscaba salir. Hoy hay un muro simbólico que impide ver más allá. Tenemos que devolver la esperanza que solo dan la educación, el trabajo y el cumplimiento de la ley”.
Finalmente, concluyó con una advertencia: “Si seguimos exaltando la pobreza y justificando el delito, vamos a ser una sociedad sin futuro. La única salida es reconstruir una cultura del esfuerzo, donde estudiar y trabajar vuelvan a ser el camino para estar mejor que nuestros padres”.