El Senado de la Nación conmemoró el Día Mundial contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Niños y Mujeres. El juez federal Ariel Lijo, quien realizó un repaso histórico de la normativa y destacó los avances logrados por el país. Lijo recordó que la primera ley central contra la trata se sancionó en 2008. Señaló que al inicio el principal desafío fue cultural. La sociedad no comprendía el delito y muchas víctimas no podían reconocerse como tales. Incluso dentro del sistema judicial existía confusión sobre cómo abordar estos casos.
“El mayor obstáculo fue cultural. Había desconocimiento en la sociedad, en las víctimas y en los tribunales”, explicó el magistrado ante el auditorio.
Evolución de la mirada judicial
Con el tiempo, sostuvo Ariel Lijo, se consolidó una visión más amplia del problema. La trata de personas comenzó a reconocerse como un delito organizado, directamente ligado a la vulneración de la dignidad y de los derechos humanos. Esa transformación, dijo, fue el punto de partida para una mejor respuesta del Estado.
Logros y cooperación internacional
El juez también hizo referencia al malestar de muchas víctimas por el trato recibido en los tribunales, un aspecto que obligó a revisar prácticas judiciales. Destacó, además, el rol de la cooperación internacional, sobre todo en investigaciones en zonas fronterizas con Perú y Brasil, donde la minería y el petróleo funcionan como escenarios de nuevas formas de explotación.
Argentina como país referente
Ariel Lijo remarcó que Argentina alcanza más de 50 condenas por año en materia de trata. Aseguró que esta cifra ubica al país entre los líderes mundiales en sentencias contra organizaciones criminales. También destacó los reconocimientos de Naciones Unidas por las políticas de reparación integral y la creación de un fondo específico para indemnizar a las víctimas.
“Argentina avanzó mucho en la reparación integral y en el acompañamiento a quienes sufrieron este delito”, afirmó Lijo al cerrar su intervención en el Senado.