El presente de River genera preocupación en el fútbol argentino. El equipo de Marcelo Gallardo sumó su cuarta derrota consecutiva tras caer 2-1 frente a Deportivo Riestra en el Monumental, un resultado que lo dejó como escolta en la Zona B del Torneo Clausura 2025 y que encendió alarmas en los hinchas. Más allá de los números, lo que inquieta es la falta de funcionamiento colectivo y las flojas actuaciones en instancias clave.
El Millonario ya había quedado golpeado en la Copa Libertadores con la eliminación a manos de Palmeiras por un global de 5 a 2, producto de dos derrotas en cuartos de final. En el torneo local, tampoco logró levantar cabeza y perdió contra Atlético Tucumán y Riestra, completando una seguidilla preocupante que lo deja en el centro de la crítica.
La seguidilla que encendió las alarmas
En apenas 15 días, River encadenó resultados negativos que marcaron su actualidad: 1 a 2 contra Palmeiras en el Monumental, 0 a 2 en Tucumán, una nueva caída 3 a 1 en Brasil ante los paulistas y finalmente el 1 a 2 frente a Riestra en Núñez. Una serie que expuso falencias defensivas, desconexión en el mediocampo y falta de efectividad en ataque.
El contraste es fuerte: a pesar de mantenerse segundo en la tabla anual, los hinchas sienten que el equipo no muestra regularidad y que los buenos pasajes de juego quedan aislados. En redes sociales, las críticas no tardaron en aparecer, y Gallardo empieza a estar en el foco de las discusiones, algo poco habitual en sus ciclos anteriores.
El último antecedente similar
Para encontrar una racha de cuatro derrotas seguidas, hay que retroceder al Clausura 2010, cuando el equipo dirigido por Leonardo Astrada atravesó un momento oscuro. En aquel entonces perdió 0 a 2 ante Boca en la Bombonera, 0 a 1 con Argentinos en el Monumental, 0 a 1 frente a Lanús en el Sur y volvió a caer en Núñez contra Newell’s, también por la mínima. Esa seguidilla fue el preludio de la crisis que desembocó en el descenso de 2011.
Los referentes de aquel plantel
En ese River de 2010, los nombres que llevaban la cinta de experiencia eran conocidos: Marcelo Gallardo, que transitaba sus últimos años como jugador, junto a Matías Almeyda, Oscar Ahumada y Mauro Rosales. Además, aparecía un joven Roberto Pereyra, que comenzaba a dar sus primeros pasos en Primera División y luego tendría carrera en Europa. La comparación con la actualidad pone en relieve cómo las rachas negativas siempre abren heridas en Núñez.
Hoy, el desafío para Gallardo es revertir esta situación antes de que el clima se torne insostenible. Con el Superclásico contra Boca a la vuelta de la esquina, el equipo necesita recuperar confianza, cortar la mala racha y demostrar que lo vivido en 2010 fue una lección aprendida y no un fantasma que vuelve a aparecer.