La carrera de Serena Williams está marcada por la grandeza: 23 títulos de Grand Slam la convierten en la segunda jugadora más ganadora de la historia, solo detrás de Margaret Court. Pero más allá de los trofeos, su último tramo profesional estuvo acompañado por el francés Patrick Mouratoglou, uno de los entrenadores más influyentes del circuito, que ahora reveló detalles íntimos de esa relación laboral.
En diálogo con The Guardian, Mouratoglou explicó lo difícil que resulta competir en el máximo nivel sin una condición física óptima: “El tenis es un deporte en el que no puedes permitirte tener sobrepeso. Un kilo de más puede marcar la diferencia en el rendimiento”. Sus declaraciones abrieron debate en el mundo del tenis.
Los años junto a Serena
El francés recordó que con Serena la exigencia fue máxima, especialmente en los últimos años de su carrera. “Ella ya era mayor, y sabíamos que el cuerpo no iba a reaccionar como antes. El riesgo de lesiones era mayor”, señaló. Reconoció, además, que surgieron momentos tensos: “Tuvimos discusiones por el tema del peso y a ella no le gustaba nada que se lo mencionara. Me decía que la estaba juzgando”.
De todos modos, Mouratoglou aclaró que su preocupación siempre fue estrictamente profesional: “No me importaba su aspecto, sino su tenis. Si quería seguir haciendo historia, debíamos ser eficientes en todos los niveles”.
Una mirada con el paso del tiempo
El entrenador reconoció que al ver hoy a Serena más delgada, siente que los resultados podrían haber sido distintos. “Si hubiera estado en esa condición años atrás, los resultados habrían sido mejores, seguro”, reflexionó.
Más allá de las tensiones, Mouratoglou destacó que fue una etapa enriquecedora y que trabajaron con un objetivo claro: mantenerla competitiva al más alto nivel en un deporte cada vez más exigente.
El final con Naomi Osaka
Actualmente, el francés también habló de su separación profesional de Naomi Osaka, ocurrida en julio de 2025. Explicó que la decisión se basó en los resultados: “Los entrenamientos eran buenos, pero no logramos trasladarlo a los partidos. No hice un trabajo lo suficientemente bueno”.
También admitió que su peso como entrenador pudo haber sido un problema: “Venía de muchos años con Serena, y para Osaka fue difícil. Esa presión le impidió jugar más libremente”. Aun así, aseguró que la relación terminó en buenos términos y que sigue considerando a la japonesa una gran competidora.
